La Asociación de Transportadores de Carga (ATC) ha expresado su preocupación por el incremento de los costos de los combustibles, señalando además que estos, a su vez, no están siendo compensados adecuadamente, lo que está generando tensiones en el sector. Según ellos, tanto los propietarios como los conductores están asumiendo directamente estos sobrecostos, porque tanto los dueños de la carga como las empresas de transporte les trasladan estos sobrecostos a los propietarios de los equipos, lo que resulta en pérdidas significativas para ellos.
El director de la ATC, Anderson Quiceno, señaló que la situación es altamente perjudicial tanto para los propietarios como para los conductores de los equipos, ya que no hay una diferenciación adecuada en torno a los pagos que reciben. Además, destacó que el sector está compuesto por diversos actores gremiales, como lo son los dueños de las mercancías, las empresas de transporte y los propietarios de los equipos de transporte, lo que complica aún más la situación, pues cada forma gremial se resiente, vive y percibe el problema de manera diferente.
El aumento de los costos por combustibles, según indican en ATC, no se refleja de manera inmediata en los precios de los fletes que les deben pagar a los camioneros, lo que significa que estos durante un período de cuatro a seis meses absorben directamente los sobrecostos, lo que contrasta con la práctica de algunos especuladores económicos que aumentan los precios de los bienes de manera inmediata.
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Ante esta situación, la ATC ha solicitado y exigido al Gobierno nacional una política tarifaria seria, que garantice a los propietarios de los camiones pagos justos y equitativos de acuerdo con cada situación económica que enfrenten.
Señalan que el país cuenta con alrededor de 427.000 vehículos de carga, de los cuales aproximadamente 64.000 son vehículos articulados, donde un aumento de tan solo 500 pesos en el galón de diésel podría significar un sobrecosto mensual de 42.000 a 43.000 millones de pesos que asumirían directamente los propietarios y los conductores, sin compensación alguna.
La preocupación en este sector es evidente, ya que el posible aumento de 3.000 pesos en el galón de ACPM podría representar sobrecostos que rondarían los 250.000 millones de pesos al mes. Además, subrayaron que la situación no solo afecta a los propietarios y conductores de los camiones, sino también a las empresas de transporte de carga que son en últimas quienes los contratan, empresas que hacen parte de otras formas gremiales con objetivos y posturas muy diferentes, que esbozan intenciones de paro del sector de carga, pero que en últimas están bajo el paraguas de los dueños de los camiones, quienes son precisamente los que en realidad adelantarían un paro.
La falta de carga para los vehículos de transporte también es otra preocupación, ya que, según datos del Ministerio de Transporte, el año pasado se movieron 135 millones de toneladas en el país, lo que indica que en términos de vehículos articulados (tractomulas y minimulas) apenas se alcanzaron a movilizar 6,8 toneladas al año por cada carro, una cifra irracional frente al número de vehículos de carga que hay en el país, datos que evidencian una falta de actividad en el sector que podría desembocar en consecuencias negativas a mediano y en el largo plazo.
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