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La “supermamá” no existe

  • Por Luisa F. Giraldo

    Mamá, quiero que sepas que no estás sola. La maternidad es un viaje hermoso, pero complejo, plagado de alegrías, desvelos, dudas y aprendizajes. No existe una guía universal ni una fórmula mágica para ser la madre perfecta. Cada mujer tiene su propia historia, sus fortalezas y debilidades, y lo que funciona para una no necesariamente funcionará para otra.

  • Es hora de abandonar la idealización de la supermamá y abrazar la humanización de la maternidad. Esto significa reconocer y aceptar la diversidad de experiencias maternas, sin juzgar ni comparar. Significa celebrar la valentía y la fortaleza de las madres que, a pesar de las dificultades, entregan su amor y dedicación a sus hijos.

    Mamá, si un día no te sientes supermamá, tranquila. Muchas otras mamás también pasan por lo mismo. Es normal sentir dudas, cansancio e incluso frustración en ocasiones. Lo importante es que recuerdes que estás haciendo lo mejor que puedes y que lo que haces con amor es lo que más importa.

    ¿Sabías que las flamencas pierden su color rosa mientras alimentan a sus crías? Cuando las madres flamencas alimentan a sus polluelos con leche de buche, pierden su color vibrante, hasta el punto de que su plumaje se vuelve rosa, pálido o blanco. Esto se debe a que el pigmento rosa proviene de su dieta, y al compartirlo con sus polluelos, pierden temporalmente su color.

    Al igual que las flamencas, las mamás también “pierden color” a veces. Dedicamos tanto tiempo y energía a nuestros hijos que a menudo nos olvidamos de cuidarnos a nosotras mismas. Nos sentimos cansadas, agobiadas e incluso un poco apagadas.

    Pero recuerda, mamá, que tu color rosa volverá. Una vez que tus hijos crezcan un poco y requieran menos de tu atención, podrás recuperar tu energía y vitalidad. Y mientras tanto, no te sientas culpable por sentirte así. Es parte del hermoso y complejo proceso de la maternidad. Maternate a ti misma y vuelve a tu cuidado.

    La humanización de la maternidad implica:

    • Romper con el estigma asociado a las dificultades emocionales. La depresión posparto, la ansiedad y otros desafíos son comunes, pero muchas mujeres sufren en silencio por temor al juicio. Es fundamental crear un espacio seguro y compasivo donde las madres puedan compartir sus experiencias y buscar ayuda sin miedo.
    • Desafiar los roles de género tradicionales. La crianza de los hijos es una responsabilidad compartida, y los padres deben asumir un papel activo en el cuidado y apoyo a sus parejas.
    • Celebrar la diversidad de experiencias maternas. Cada madre tiene su propia historia, sus fortalezas y debilidades, y lo que funciona para una no necesariamente funcionará para otra.
    • Ofrecer apoyo real a las madres. Las madres necesitan apoyo emocional, práctico y social para poder prosperar en su rol.
    • Promover la crianza compartida. Los padres deben asumir un papel activo en la crianza de sus hijos, para que las madres no tengan que cargar con toda la responsabilidad solas.

    Mamá, eres una heroína en tu propia historia. Enfrentas desafíos diarios, cuidas de tus hijos con amor y dedicación, y te esfuerzas por darles lo mejor. Recuerda que no estás sola, que la perfección no existe.

    Abracemos la maternidad en toda su complejidad y belleza. Recordemos que detrás de cada foto perfecta hay una mujer real, con sus propias luchas y alegrías. La supermamá no existe, pero cada madre es una heroína en su propia historia.

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