Cuatro empresas de la construcción, que también son responsables de la concesión Devimed en Antioquia, presentaron a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) un ambicioso proyecto llamado Ruta del Agua, cuyo objetivo era conectar El Santuario, en el Oriente Antioqueño, y Caño Alegre, en Boyacá, como parte de una nueva vía entre Bogotá y Medellín.
Sin embargo, la ANI rechazó esta iniciativa el de 20 de marzo de 2024, poniendo el fin de un esfuerzo de años para mejorar la conexión vial entre las dos principales ciudades de Colombia.
El tramo entre El Santuario y Caño Alegre, históricamente, ha sido un dolor de cabeza para los usuarios. De hecho, varias personas han fallecido a causa de los huecos que se pueden contar en los 123 kilómetros que tiene el trayecto.
Por lo tanto, cuatro gigantes de la construcción buscaron darle una solución definitiva al corredor, construyendo un megaproyecto que se tasaba en $7,6 billones.
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Pero ese sueño se desvaneció, debido a que la ANI, en respuesta a un derecho de petición enviado por Valora Analitik, detalló que, una vez se revisó el proyecto presentado en etapa de factibilidad, encontró que no cumplía con lo solicitado por las leyes vigentes en materia de iniciativas privadas (IP).
Adicionalmente, Valora Analitik conoció que un evaluador contratado por la entidad reconfirmó que los estudios de factibilidad de la Ruta del Agua no tenían lo necesario para seguir avanzando.
En su concepto, “no se cumplieron con las especificaciones recibidas a nivel de factibilidad” y, por ende, no podía salir a licitación como se esperaba que sucediera. Sobre lo anterior, es importante recordar que las iniciativas privadas son proyectos cuyos estudios y diseños son realizados por uno o varios empresarios y, posteriormente, son presentados al Gobierno para ser evaluados y aprobados.
En ese sentido, la ANI confirmó que se acaba el sueño de conectar a Bogotá y Medellín en cinco horas o menos, dejando en el limbo el paso entre las dos principales ciudades del país.
Incluso, para 2026, la situación podría complicarse, debido a que la concesión Devimed finalizará en dos años y si no hay otro privado que se quede con esta, las vías del Oriente pasarían a manos del Instituto Nacional de Vías (Invías).
Es decir, Invías ya no quedaría solo con el tramo El Santuario-Caño Alegre, sino que con toda la conexión hasta Medellín y el Valle de Aburrá.
Esta situación genera temores entre comunidades de la zona, comerciantes y transportadores de carga, quienes en las últimas semanas han bloqueado la autopista y le han pedido al Invías que la intervenga con urgencia.
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