Hoy el dólar se cotiza por debajo de los 3.900 pesos colombianos, una cifra considerablemente baja si se compara con los $5.061,21 que alcanzó la divisa en noviembre de 2022, cuando marcó un máximo histórico que alarmó a distintos sectores del país por la insólita devaluación de la moneda, apenas al comienzo del Gobierno Petro.
El panorama actual es otro, dado que el peso colombiano ha venido ganando valor en comparación con el dólar, incluso por encima de otras monedas del continente como el peso mexicano, el real brasilero y el dólar canadiense, según estadísticas de 2023.
Sin embargo, esta disminución ofrece dos caras; si bien puede beneficiar a muchos sectores de la economía, otros como el de los agroexportadores se sienten afectados.
Desde ese gremio manifiestan que “la revaluación pone en riesgo a muchas empresas agrícolas exportadoras (…) El comportamiento de la divisa en los últimos meses ha provocado un descenso en los ingresos de las exportaciones frente a un aumento más que significativo en los costos de producción”.
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Eso fue lo que dijeron seis de los principales gremios agroexportadores del país, a saber, la Asociación de Bananeros del Magdalena y La Guajira, Asbama; la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores, Asocolflores; la Asociación de Bananeros de Colombia, Augura; Corpohass Colombia; la Federación Colombiana de Acuicultores, Fedeacua; y la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.
Para ellos —que sustentan la mayoría del trabajo rural formal a nivel nacional—, la revaluación y los altos incrementos del costo laboral son una combinación que atenta directamente contra la estabilidad y sostenibilidad de muchas empresas. Además, estos sectores dependen de las exportaciones, como el mercado interno depende de los precios de importación.
El nivel actual de una tasa de cambio revaluada, en el contexto de los altos incrementos del costo laboral en los últimos tres años, aunados a incrementos en los insumos, ponen en riesgo la viabilidad de muchas empresas de estos sectores. Son muchos los factores que inciden en el comportamiento de la tasa de cambio, incluyendo la propia debilidad del dólar en los mercados internacionales
expresaron.
Los gremios señalan que una tasa de cambio competitiva es necesaria para fomentar las exportaciones; y una condición sin la cual no podría darse el objetivo del Gobierno nacional de diversificar y crecer las exportaciones agrícolas.
Si bien reconocen que no es fácil establecer una tasa de cambio de equilibrio ni incidir en ella, postulan algunas acciones posibles, como disminuir la tasa de interés para reducir el incentivo a los capitales especulativos, incrementar las reservas del Banco de la República y revisar el origen de las remesas para tomar medidas.
“Un sector exportador dinámico y en crecimiento, contribuye a la generación de empleo formal y bienestar”, concluyeron.
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