Un saldo de 39 personas muertas y recuperadas, y cuatro que aún siguen desaparecidas, deja el trágico derrumbe en El Carmen de Atrato, en la vía que comunica a la capital de Antioquia con la de Chocó.
Una de las víctimas mortales fue Catalina Giraldo Aristizabal, de apenas 34 años de edad, y quien era oriunda del municipio de Granada. La mujer era profesional en desarrollo territorial, cursaba una especialización en gestión de proyectos, y hace varios años residía en Medellín.
Su tío, don José Abelardo Aristizabal, narró a medios de comunicación que Catalina viajó ese día desde Medellín con rumbo a Quibdó para estar en una reunión con la familia de su novio. Dijo que ella viajó por tierra ya que los vuelos estaban muy costosos.
La identificación del cuerpo de la joven en la zona de la tragedia se logró gracias a una riñonera que solía portar cuando salía de viaje.
Precisamente, el alto costo de los tiquetes aéreos hacia Quibdó ha sido motivo de debate esta semana en las redes sociales. Mientras los viajeros aseguran que los precios aumentaron después del derrumbe, aerolíneas como Satena niega los aumentos y dice que mantiene los precios, como ordena la superintendencia de Transporte en caso de tragedia.
