A nivel local es fácil identificar quiénes son los más damnificados por la pandemia, hablando no solo de la salud -que es un punto de quiebre en el cual todas las personas se pueden ver inmersas-, pues, además, la contingencia ha afectado monetariamente a miles de personas de diferentes sectores económicos.
El equipo de MiOriente se dio a la tarea de salir a las calles de Rionegro, donde en una misma cuadra se pueden identificar entre tres y cinco vendedores ambulantes o personas que trabajan de manera informal para llevar el sustento a sus hogares.
Las actuales medidas para disminuir el riesgo de contagio, indican un cierre continuo desde el día jueves 15 de abril a las 8 p.m. hasta el lunes 19 a las 5 a.m., así mismo como sucedió el pasado fin de semana. La situación implica que los vendedores ambulantes no puedan salir a las calles durante los días en que comúnmente obtienen mejores ingresos, pues son estos los más concurridos cuando no hay toque de queda.
Según las administraciones municipales, todo este tipo de medidas que se han venido implementando, buscan salvaguardar la vida de los orientales y de aquellas personas que trabajan informalmente en las calles, quienes tienen alto riesgo de contagio, ya que el tercer pico de la pandemia en Antioquia se ha hecho evidente, registrando recientemente 4.125 nuevos casos entre el pasado domingo 11 y este lunes 12 de abril.
"A pesar de tener más de 16 mil dosis aplicadas contra el COVID-19, esta semana y las siguientes serán las semanas más difíciles para todos nosotros en Antioquia y en el Oriente. Contarles que tenemos las camas UCI al 100 %, por lo que hemos tenido que trasladar pacientes a otros departamentos", manifestó el secretario de Salud de Rionegro, Jorge Rivas.
Algunos testimonios
César Augusto Moreno espera en las esquinas del municipio de Rionegro, en compañía de su esposa embarazada, poder vender sus bolsas de plástico. "Mi sustento son las bolsas de basura, por las cuales me puedo estar ganando 30 mil pesos en un día bueno, pero cada toque de queda es un día en el que no recibo este ingreso".
Asimismo, Alonso Zapata, a quien es común verlo recorrer el parque principal del municipio con su caja de lustrabotas, debe obtener más de 20 mil pesos al día para no estar en aprietos, ya que según sus cálculos más de 20 mil pesos le permiten pagar su pieza y almorzar, así no tenga muchas veces para comer.
Y ni qué decir de otro tipo de vendedores como Don Luis, quien obtiene su sustento con la venta de paletas, aunque en esta oportunidad manifiesta que gracias a los sacerdotes de la Catedral de Rionegro es que puede almorzar en muchas ocasiones, cuando el dinero no le alcanza.
Una situación difícil también atraviesa Alonso Gómez, vendedor ambulante de los llamados churros, quien manifiesta que aunque está de acuerdo con las medidas de bioseguridad, cada día de toque de queda le implica una pérdida económica, dejar de obtener el dinero para las cuentas que mes a mes tiene que pagar, suyas y de su núcleo familiar, por lo que constantemente hace uso de los llamados "gota a gota", para poder mantener a su familia con lo básico.
Los adultos mayores también se han visto perjudicados con el COVID-19, más aún cuando trabajan en las calles. Este es el caso de Luis Valencia, un hombre mayor que se dedica a vender algodones de azúcar en el parque de la localidad, el poco ingreso que obtiene es para su sustento y el de su esposa, de modo que cada día de toque de queda, manifiesta él, "es un día en el que no puedo darle a mi esposa lo de siempre, nos toca apretarnos económicamente o muchas veces pedir prestado".
Esta misma realidad se registra en municipios vecinos como Marinilla, donde Pablo Otálvaro evidenció el caso de don Francisco, un hombre humilde que se dedica a la venta de mazorcas y granos, y quien el pasado sábado 10 de abril, aún en toque de queda, salió a vender sus productos pese a saber que podía ser multado, todo por la necesidad de obtener ingresos.
Gracias a la disposición de Pablo de publicar esta situación en redes sociales, don Francisco fue ayudado por la misma comunidad, quien empezó a hacer donaciones hasta lograr aportarle 500 mil pesos para que pudiera irse a su casa más tranquilo. De igual manera, a partir de estos actos de solidaridad se lograron recaudar 14 mercados y 344 mil pesos más, que fueron entregados a otras personas necesitadas.
Estos seis casos son ejemplo de los tantos colombianos que viven del diario, de lo que obtienen de sus trabajos informales; y durante este tiempo de pandemia, donde se han realizado cuarentenas y varios toques de queda, se han visto perjudicados, a tal punto que no piensan tanto en el temor a contagiarse sino en que, quizás, no tendrán nada para comer al siguiente día.