En Colombia, todos los días se registran casos de acoso sexual hacia mujeres vulnerables, así les ocurrió a dos jóvenes orientales que vieron cómo a través de actos morbosos y malintencionados efectuados por hombres, se veían acosadas sexualmente.
Uno de los casos se presentó en la mañana de hoy, 4 de mayo, en el barrio El Porvenir del municipio de Rionegro, cuando Geraldine Doria esperaba un medio de transporte en la zona, “yo estaba por los edificios de El Porvenir, había un tipo sentado en un murito de la parte de afuera del edificio, yo vi que él me miró, pensé que me iba a atracar, pero no. Él me miró muy raro y cuando lo miré tenía el pantalón abajo y se estaba masturbando. Yo estaba sola y no había nadie a mi alrededor, tampoco me paraban los taxis”, relató.
Según el testimonio, el suceso se prolongó a lo largo de varios minutos, tiempo durante el cual el hombre, de aproximadamente 26 años, no paró de mirar a Geraldine de manera vulgar; solo hasta que ella decidió grabar el hecho, el acosador se marchó del sitio, “yo me sentí muy vulnerada porque estaba sola, y la verdad a cuántas mujeres no le habrá hecho lo mismo. Yo me quedé en shock, tenía mucho miedo”, añadió.
“Uno todo el día se queda pensando en eso, estoy segura que no soy la única a la que le ha pasado eso, es algo que todas deberían hablar porque no es algo pequeño, uno se siente vulnerado y nervioso, eso es horrible”, puntualizó la víctima.
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Un hecho similar se presentó casi de manera simultánea en la vía que conduce entre La Ceja y Don Diego, cuando una mujer -de la cual MiOriente, por petición de ella misma, se abstiene de revelar su nombre-, presenció un suceso en el que un hombre semidesnudo le arrojó palabras soeces y empezó a practicar la masturbación en frente de ella. “Me sonó el celular, me orillé en una parte de la vía y al frente había una casa, un hombre en un balcón me silbó y me voleó la mano; al momento, me gritó: ‘mona vea’. Él no tenía camisa, se bajó la sudadera y se empezó a masturbar, todo el tiempo lo hizo y no dejaba de mirarme”, dijo la víctima.
“Me parece que es una situación muy vulnerable, esas cosas no deberían pasar. Me parece una situación muy delicada, yo por lo menos estaba en el carro y si veo que viene salgo volada, pero por ahí pasan mujeres caminando, en bicicleta; es una situación que, así no haya pasado nada físico, sí es traumático porque eso a uno no le debería estar pasando”, añadió.
Según la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, entre 2008 y 2020 la Fiscalía General de la Nación recibió un total de 17.780 denuncias por el delito de acoso sexual, que incluyen a 16.307 víctimas registradas, de las cuales 13.711 son mujeres (84%), 1.757 hombres (11%) y de 839 no se registró el sexo (5%).
El artículo 210 de la Ley 1257 de 2008 dice que “el que en beneficio suyo o de un tercero y valiéndose de su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social, familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a otra persona, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años”.
Por razones personales, ellas tomaron la decisión de no interponer denuncias al respecto, sin embargo, relatan sus historias para que el resto de la ciudadanía lo tome como ejemplo, “pocas personas ven esto como algo importante, me siento muy tranquila al poder contarlo”, concluyó una de las víctimas.