¡Cuántos miedos sin fundamentos nos infundieron en la niñez! Si nos detenemos a pensar, seguramente recordaremos muchos de ellos. Hay quienes, por ejemplo, eran amenazados por sus padres con seres imaginarios, y otros que durante años creyeron en mitos tan absurdos que hoy más bien parecen graciosos.
Queremos recordar aquellos primeros años de nuestra vida, generalmente felices y llenos de buenos recuerdos, para traer a la memoria los miedos infundamentados con los que nuestros hermanos mayores, padres y abuelos ejercieron un cariñoso control sobre nosotros… o tal vez no tan cariñoso. ¿Cuáles recuerdas?
- “Si mira la televisión de lado se va a quedar bizco”.
- “Si sigue comiendo dulce se le van a salir las lombrices por la nariz”.
- “No se coma las frutas de la naranja que le crece un palo en la barriga”.
- “Si no se acuesta ya el Niño Dios no le trae regalo”.
- “Sígase portando mal y verá que se lo lleva el chucho”.
- “No juegue más a dar vueltas que se vuelve loco”.
- “No se acerque tanto a la candela que se orina en la cama”.
- “No camine descalzo que se tuerce”.
- “No se bañe lleno que se le devuelve la comida”.
- “No vaya a masticar la hostia porque se va para el infierno”.
- “Si se traga el chicle se le pega en el estómago”.