En Colombia, cada año diez mil personas sufren amputaciones producto de múltiples factores, no únicamente de la violencia, sino también de accidentes originados por diferentes causas o condiciones de salud específicas. Sin embargo, cada vez las alternativas de recuperación son mayores, y no dependen únicamente de los avances médicos y tecnológicos.
Existen causas desinteresadas que se arman de ganas de ayudar y lideran iniciativas que permiten dar pasos fuertes para volver a empezar.
Un esguince de tobillo, producto de un mal movimiento en un partido de tenis que disputaba un industrial antioqueño, y la molestia que este le causó, fueron la primera luz que se encendió para la fundación que lleva diez años entregándole prótesis gratuitas “a todo el que lo solicite”. Así lo manifiesta Juan Rodrigo Mejía, director ejecutivo de Mahavir Kmina, quien es enfático en que “no nos interesa qué religión tienen las personas, ni qué hacen, lo único que nos importa es que necesiten una prótesis para nosotros dársela”.
Durante un viaje a la india en el 2006, el industrial pudo conocer el trabajo de la Fundación BMVSS que se encarga de producir en el continente asiático prótesis de fabricación rápida y a bajo costo desde 1962. El indio, dueño de la fundación existente en ese país donaría la tecnología al paisa con la condición de que bautizara el proyecto con el nombre de su dios Mahavir. Así nació Mahavir Kmina en Antioquia en el 2006.
A la fecha, la fundación es la fábrica de prótesis más grande en Colombia, y ha entregado más de tres mil prótesis gratuitas a quienes las han solicitado. “No cobramos un peso”, menciona Juan Rodrigo, además, el proceso cuenta con el debido acompañamiento médico y orientación psicológica para los pacientes. Lo único que debe hacer quien necesite una prótesis, sin importar de qué parte del país sea, es llamar al 379 2729.
El Oriente Antioqueño ha sido uno de los focos de Mahavir Kmina, quienes han regalado prótesis a las víctimas de minas antipersona en municipios como Cocorná, El Peñol, El Santuario, Granada y Guatapé, entre otros. De esta manera, cada día en Colombia se escriben páginas nuevas en la historia de quienes quieren olvidar, o simplemente levantarse, caminar, y aplaudir de nuevo. A estos nuevos comienzos se suman las organizaciones como Mahavir, que palpitan por las causas que parecen aparentemente perdidas.