Por Andrés A. Obando, diplomado en Administración de Empresas de Babson College.
El novelista es un ser curioso que vive investigando sobre el rol del individuo en la sociedad. Muchos se refieren a sus ideologías de una manera indirecta en sus novelas, sin profundizar. Otros, como el Nobel Mario Vargas Llosa, son más atrevidos y en vez de pasarle la responsabilidad de sus pensamientos meramente a los personajes o narradores, toman partido directo. Esto está demostrado en su libro de ensayos publicado en marzo de 2018, La llamada de la tribu, en el que resume la vida y obra de siete filósofos y economistas que moldearon su fascinación por el liberalismo: Adam Smith, José Ortega y Gasset, Friedrich von Hayek, Karl Popper, Raymond Aron, Isaiah Berlin y Jean-François Revel.
Vargas Llosa comienza con una introducción cautivante y autobiográfica, describiendo su recorrido tortuoso a través del espectro político, desde la izquierda hacia la derecha. Honra y agradece a estos grandes pensadores por ayudarle a salir de un momento de confusión, entre una derecha respaldada por los norteamericanos, y un comunismo abanderado por una revolución cubana que lo había decepcionado. Pocos se imaginaban el “pozo sin fondo” que sería la Cuba de Castro, en que la miseria era notoria y la libertad era inexistente. Isaiah Berlin, a quien el Nobel llegó a conocer personalmente, resaltaba como la libertad y la igualdad no pueden convivir en una misma sociedad.
Disfruté en especial el ensayo sobre el filósofo francés Raymond Aron. Me hizo entender la gran polarización que vivieron los intelectuales durante el siglo pasado. Vargas Llosa narra entretenidamente el constante tire y afloje entre la derecha de Aron y la izquierda de su condiscípulo y amigo, el célebre Jean-Paul Sartre. No obstante, Aron no solo criticaba a Sartre, también a la comunidad intelectual en general, utilizando el “opio” como metáfora para demostrar cómo los intelectuales estaban adictos al marxismo; El opio de los intelectuales. Sin necesidad de salirse de América Latina, son muchos los ejemplos; García Márquez, Cortázar, Fuentes, Benedetti, entre otros.
Vargas Llosa nos describe a través de La llamada de la tribu, un espectro amplio de lo que él considera que es el liberalismo, y lo hace con la misma prosa, carente de ripios, con la que me he dejado deleitar por varias de sus novelas.
Sobre el autor:
Premio Nobel de Literatura 2010, nacido en Arequipa, Perú, en 1936. Aunque había estrenado un drama en Piura y publicado un libro de relatos, Los jefes, premio Leopoldo Alas, su carrera literaria cobró notoriedad con la publicación de La ciudad y los perros, premio Biblioteca Breve (1962) y Premio de la Crítica (1963). En 1965 apareció su segunda novela, La casa verde, Premio de la Crítica y premioIinternacional Rómulo Gallegos. Ha obtenido los más importantes galardones literarios, desde los ya mencionados hasta el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias el PEN/Nabokob y el Grinzane Cavour.
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