A raíz de los diferentes estudios realizados sobre la eficacia de los protocolos de bioseguridad, MiOriente consultó al Dr. Juan Camilo Díaz -médico internista y epidemiólogo que, además, hace parte de la planta docente de la Universidad CES-, con el fin de aclarar diferentes puntos respecto al tema.
¿Qué medidas son ineficaces?
Normalmente, cuando se ingresa a un local comercial, el personal encargado realiza una toma de temperatura, desinfección del calzado, aspersión de alcohol sobre la ropa y registro de datos personales para el control de los visitantes en materia de bioseguridad. A propósito, el Dr. Díaz expresó que se han realizado diferentes hallazgos a nivel mundial que comprueban la inefectividad de ciertas prácticas, las cuales describimos a continuación:
Aspersión de desinfectante en personas y uso de tapetes
Según el experto, estas medidas no tienen evidencia científica sobre su eficacia puesto que no cuentan con un adecuado control, “normalmente son elementos contaminados, no tienen un recambio periódico y no se verifican los tiempos de uso; no se guardan las condiciones óptimas para una descontaminación apropiada”, indicó. Además, los desinfectantes pueden generar condiciones adversas en la piel.
Adicionalmente, cuando las partículas bacterianas tocan el suelo, se desnaturalizan pronto por los cambios de temperatura y las condiciones climáticas.
Desinfectante en espacios abiertos
A nivel hospitalario, esta práctica es positiva dadas las condiciones de los virus que normalmente habitan en estos espacios, “en un ambiente externo como un local comercial, hacer estas aspersiones es botar el dinero en cosas que no tienen ninguna utilidad”, añadió el Dr. Díaz.
Toma de temperatura
Desde el punto de vista epidemiológico, la toma de temperatura es una herramienta para definir si una persona está enferma o no de Covid-19 u otra enfermedad. Sin embargo, se deben tener en cuenta los dispositivos utilizados y la capacitación que las personas encargadas tienen al momento de su uso. “No hay una estandarización para definir cuál es una temperatura alta y, normalmente, no se conoce si las herramientas están debidamente calibradas para el registro del calor corporal. Se convierte en una medida poco eficaz”, dijo.
Desinfección de llantas de vehículos
Según el profesional consultado, esta es una práctica que, desde lo pragmático, no debería realizarse, además de que también se convierte en un desperdicio de dinero dadas las condiciones y durabilidad de las partículas en las calles.
¿Qué protocolos son funcionales?
Tal y como lo han indicado las autoridades sanitarias, son cuatro las medidas que han demostrado su contribución positiva en la contención del coronavirus: uso adecuado del tapabocas -que cubra boca y nariz-, lavado constante de manos y aplicación de alcohol y desinfectantes glicerinados, ambientes con circulación constante de aire, y, finalmente, el distanciamiento social.
El Dr. Juan Camilo Díaz hace énfasis en que la apropiación en el uso de mascarillas protectoras es fundamental para evitar la dispersión de partículas salivales que probablemente contengan agentes de COVID-19, “el tapabocas me sirve como barrera física hacia el exterior, evitaría no solamente pasar gotas al interlocutor sino también a las superficies que tengo al frente”.
A esto se suma el lavado constante de manos, ya que estas pueden quedar contaminadas luego de establecer contacto con una superficie o con el mismo tapabocas, “es un pilar fundamental en la disminución de la propagación”.
Si bien las anteriores medidas son efectivas, el distanciamiento social ayuda a generar un bloqueo seguro del contagio. Las partículas o aerosoles que quedan en el aire, alcanzan a avanzar entre uno y dos metros; con la separación física de las personas, lo que se pretende es que los ciudadanos no entren en relación con el virus a través de las manos o por las vías respiratorias.
Finalmente, ningún protocolo es óptimo si las personas no lo apropian de manera correcta, es una corresponsabilidad con cada uno y los demás.
