Con esta consigna muchos comienzan el año nuevo. Los propósitos de dejar de beber, bajar de peso, hacer deporte, comer saludable, estudiar, entre otros, hacen que cada inicio de año sea un reto. Y es de esperarse. Las personas difícilmente terminan un año completamente satisfechas con todas las actividades que realizaron, pues siempre queda faltando algo.
Por eso, en MiOriente hicimos una selección de los cinco propósitos más comunes que las personas escriben en sus listas para enfrentar otros 365 días de mejor manera.
Bajar de peso: de antemano debes saber que los gimnasios cuestan. Así que es necesario hacer bien las cuentas para no descuidar otros gastos necesarios. Muchos comienzan el año con rigurosas rutinas de ejercicio. Pasadas varias semanas se van sintiendo satisfechas con los resultados y con su estilo de vida saludable, pero con las extensas jornadas laborales y el trabajo que continúa en casa, la motivación y las fuerzas comienzan a agotarse.
Por eso debes ponerte metas no muy ambiciosas. Acéptalo, no serás fisicoculturista de la noche a la mañana. Es mejor adquirir hábitos saludables poco a poco, como hacer 20 minutos de cardio al día, y no meterte en una dura rutina de vida fitness a la que no estás acostumbrado.
Dejar de beber: no todos lo logran. Son contados los casos de personas que por voluntad propia dejan el alcohol. Hay quienes han podido superar su afición a la bebida por una experiencia desafortunada o por un cambio espiritual más profundo. Sea como sea, se trata de una propósito que solo depende de ti. Así que debes saber de antemano que si quieres dejar el alcohol, debes reconsiderar también tus amistades.
Estudiar: se trata tal vez del más noble de los propósitos de año nuevo. Dicen los abuelos que la única herencia que no se hurta es la educación. La clave más importante en este caso es elegir una carrera o una especialización que te guste. No hay nada más aburrido que estudiar algo que no va contigo, o solo porque quieres satisfacer las expectativas de otros. Debes ser de los que creen que se es feliz con lo que se estudia. En conclusión, con este propósito no puede haber excusas. Firmes y a estudiar.
Ser más ordenado: es uno de los hábitos más valiosos que pueda adquirir una persona. El orden no solo simplifica las labores diarias de tu vida, sino que te ayuda a ser más eficaz en tu trabajo o estudio. Cuando una persona es ordenada en casa, generalmente también lo es con su vida. Muchos pensarán que esto implica tiempo extra. Y no están muy equivocados. No obstante, una vez adquieras el hábito, te darás cuenta que todo funciona mejor, incluyendo tu presentación personal.
Comer saludable: la carne, el azúcar, el helado, el chocolate… esas cosas que nos hacen tan felices pero que en exceso no resultan tan bien para nuestro cuerpo. Este es tal vez uno de los propósitos más difíciles. ¿Quién ha cambiado sus hábitos alimenticios de la noche a la mañana? Por eso es recomendable comenzar con cambios pequeños como dejar de tomar bebidas gaseosas, usar la mitad del azúcar en tus alimentos, reemplazar las comidas empaquetadas por frutas, etc. Poco a poco tu gusto se acomodará.
Hay claves que podrían ayudarte a alcanzar estas metas. Cómprate una agenda o un planeador, ponlo en tu cuarto o detrás de la puerta y chequea cada día tus tareas. Verás que entre más chulos rojos vayas acumulando en el calendario, tu motivación irá incrementándose proporcionalmente. ¡Ya lo sabes, comienza ahora!