Dentro del ámbito empresarial se va imponiendo cada vez más la evaluación por competencias, situándose como un sistema complementario o alternativo a la evaluación por objetivos o desempeño. Por medio de este método se podrá conseguir una imagen más certera de las habilidades que presente el trabajador.
Resulta especialmente importante saber cómo evaluar por competencias. Básicamente se trata de analizar y definir las capacidades y habilidades de un profesional basándose en las exigencias que esconda un puesto. Por lo tanto, lo que se consigue con esto es medir la destreza del empleado a la hora de llevar a cabo las tareas que se le encomiendan en el día a día. Entre otras cosas, además, permite hallar al mejor profesional para cada tarea o responsabilidad.
Este modelo de funcionamiento se basa en el largo plazo, pensando en el futuro. Se parte de la base de que aquel que cuente con unas mayores competencias podrá dar un mejor resultado a la empresa que uno que solo pueda aportar experiencia.
Qué técnicas de evaluación se utilizan
Los métodos de evaluación por competencias son variados y se ajustan a los objetivos y diferentes contextos. Entre las técnicas más frecuentes están las siguientes:
- Pruebas de desempeño: por medio de estos controles los evaluadores pueden apreciar como el trabajador pone en práctica sus habilidades en un entorno concreto. Por lo general se apoyan en proyectos reales, ejercicios prácticos o simulaciones de tareas propias del puesto.
- Entrevistas estructuradas: en este apartado, los entrevistadores realizan preguntas vinculadas con competencias clave. Pretenden conocer en qué situaciones del pasado el empleado ha tenido la oportunidad de demostrar esos conocimientos.
- Evaluaciones: existe la posibilidad de que el trabajado se evalúe a sí mismo o que lo hagan sus superiores o compañeros. Esto permitirá conseguir una información más detallada de sus habilidades.
- Observación directa: en determinadas ocasiones, los evaluadores deberán centrarse en observar a los individuos en su puesto de trabajo para valorar su capacidad para aplicar sus competencias.
- Portafolio de competencias: se recogen las distintas experiencias y logros del profesional a lo largo de su carrera, a través de certificados, proyectos y distintos documentos que acrediten sus conocimientos.
- Pruebas psicométricas: profundizan sobre todo en las habilidades cognitivas y en los rasgos de personalidad.
- Assessment centers: este plan de evaluación implica una serie de actividades pensadas para medir competencias específicas, que serán valoradas por un equipo de expertos.
La elección de una u otra técnica estará condicionada al contexto y al objetivo del análisis. Aunque por lo general suelen combinarse varias de ellas para conseguir una conclusión más fiable sobre las condiciones del empleado.
Ventajas de poner en práctica este método
Las empresas resultan las grandes beneficiadas de la evaluación por competencias. En primer lugar, consiguen detectar las áreas en las que precisa mejorar cada trabajador y en base a eso crear planes de formación que se ajusten a sus necesidades. También se presenta como un método muy válido para conocer la eficacia de la formación y de esta forma poder actuar en consecuencia.
El análisis que se realiza es individual y para ello se toman como referencias las competencias propias del puesto. La información que se consiga de esa evaluación resultará de gran importancia y contribuirá a conocer mejor al profesional.
Permitirá también establecer los objetivos de cada empleado en función de sus capacidades. Este tipo de evaluación le concede una gran relevancia a la metodología de trabajo del profesional, sin reparar únicamente en los objetivos.
También hay que destacar que se implanta un sistema de mejora continua entre los miembros del equipo, además de incrementarse el nivel de compromiso de los profesionales. En cierta medida agradecen los esfuerzos realizados por la compañía para que puedan dar un mayor rendimiento y ser más eficaces.
