Un hecho que pudo terminar en una historia grave, se produjo el pasado lunes, 8 de febrero, cuando una joven de 19 años, estudiante de la Universidad Católica de Oriente, de la cual MiOriente se abstiene de revelar el nombre por cuestiones de seguridad, se dirigía a su casa en el sector Los colegios del municipio de Rionegro.
Sucedió entre las 6 p.m. y 6:30 p.m. cuando salió de sus clases de enfermería rumbo a su casa, tal y como lo hace de manera periódica desde hace tiempo. “Yo había tomado esa ruta muchas veces, no le vi problema a irme sola. Estaba tranquila y delante de mí iba un muchacho de la universidad; yo me sentí confiada”, relató.
Sin embargo, en su camino se encontró con tres hombres, que no tenían apariencia sospechosa, los cuales se abalanzaron hacia ella y en cuestión de minutos la intimidaron con palabras soeces. “Yo los vi normal, no parecían peligrosos, más bien que venían de trabajar; tenían bolso, gorra, tapabocas, muy normal. Cuando estaban junto a mí, me pegaron contra una malla y me empezaron a expresar cosas horribles. Me decían: ‘Estás muy linda, mamacita’, ‘Venga para acá’, ‘¿Por qué tan solita?’”, expresó la víctima.
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El suceso se dio a plena luz del día, cerca de las instalaciones del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, en una zona verde que se encuentra en el lugar, el cual cuenta, por lo general, con un tránsito constante de personas.
“Yo no era capaz de hablar ni de gritar, tampoco de moverme, estaba en shock. Pasó en el transcurso de dos minutos, para mi fueron muchos más. Me tocaron los bolsillos del pantalón pero no tenía nada, pensé que me iban a tocar otras cosas pero no les dio tiempo”, añadió.
Según su testimonio, dos mujeres adultas se encontraban haciendo ejercicio por la zona, y los victimarios, al percatarse de su presencia, iniciaron la huida y dejaron a la estudiante sin hacerle daños físicos. La víctima corrió al lugar de su destino para refugiarse después de vivir un desagradable episodio.
Por razones personales, ella tomó la decisión de no interponer denuncias al respecto, sin embargo, relata su historia para que el resto de la ciudadanía lo tome como ejemplo y así sean más prevenidos. “Tenía mucho miedo de contarlo porque no quiero que sepan quién soy, pero quiero que esto no le pase a nadie. A pesar de que no sucedió nada, es un susto que ninguno merece”, concluyó.