El fin de semana pasado, durante la transmisión del Super Bowl, las cámaras registraron un imponente espectáculo en el firmamento que se expandió alrededor del mundo por medio de las pantallas. Sobre el estadio NRG de Houston, Texas volaron 300 drones de manera sincronizada, conformando la bandera de los Estados Unidos.
Aunque la tendencia de los drones lleva más de 10 años desarrollándose, en los últimos años el auge ha sido mayor, debido a los precios por los cuales se puede acceder a uno; sin embargo, también crecen las especificidades para el dominio de los mismos, al menos en Colombia.
La Aeronáutica Civil Colombiana, con la regulación 002 establece condiciones para la actividad del vuelo de drones, que van desde la certificación con un mínimo de 200 horas de vuelo en escuelas certificadas y que podría costar hasta 10 millones de pesos, hasta el registro del aparato, lo cual también tiene un costo. Adicional a esto, la exigencia de anunciar los vuelos con 15 días de anticipación.
Sebastián Marín, ingeniero y experto en el tema del vuelo de drones con más de tres años de experiencia, de los cuales uno lo dedicó a estudios técnicos, cuenta que “la resolución 002 es muy compleja, se podrían ir hasta 20 millones en la legalización de un drone y todos los procesos requeridos”.
Aunque el anterior director de la Aeronáutica Civil, Gustavo Lenis, realizó el borrador de lo que sería la regulación 003, con la que se pretendía modificar asuntos como reducir las horas de vuelo requeridas y bajar los requisitos para la actividad, tras su salida este proyecto se derrumbó. Frente a esto, Marín dice que “si esta resolución hubiera alcanzado a salir, sería menos complicado volar un drone y cualquier persona podría hacerlo con fines específicos”.
Sin embargo, según el experto, la resolución 002 no está muy consolidada y cuenta con un apartado que permite volar estos aparatos con fines recreativos y en lugares autorizados como pistas de aeromodelos, las cuales existen en Rionegro y Medellín, para el caso del Oriente Antioqueño.
Adicional, cuenta Sebastián que “existen voces no oficiales de la Fuerza Aérea, que por la flexibilidad de la resolución, manifiestan que estos vuelos se pueden hacer en campos abiertos y propiedad privada”. Sin embargo, esto no exime a las autoridades de investigar la finalidad de los vuelos, además de que está prohibido grabar bases militares, y entes gubernamentales.
