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Diana Milena, una mujer que ha nacido para ser enfermera

  • Dicen que existen los héroes y que muchos de ellos no tienen una capa en sus hombros, también, que para ser un ejemplo a seguir se necesita de grandes virtudes y de sabiduría, casi al punto de salvar al mundo. Lo que algunos no reconocen es que gracias a la valentía de otros, muchos cuentan con libertad y bienestar. Hoy más que nunca, cuando el mundo se encuentra en crisis, aquellos que entregan hasta su vida por preservar la de otros son los verdaderos protagonistas del futuro.

    Diana Milena Gómez es una de esas super-mujeres que, a través de su labor, trabajan por el bienestar de otros, arrebatando victorias a uno de los antagonistas de la historia: la enfermedad. Ella, una mujer de 41 años, madre de dos hijos, esposa, soñadora y enfermera de profesión, representa a un grupo de personas que todos los días, gracias a su vocación de servicio, mejoran las condiciones de otros.

  • Empezó desde muy joven en el sector de la salud, la Cruz Roja de Rionegro fue la antesala para lo que sería, tiempo después, su diario vivir. Los corredores de la Clínica Somer se convirtieron en su hogar permanente desde que inició con los cimientos de lo que es hoy, en ese entonces como auxiliar de enfermería.

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    “Yo siempre quise ayudar a las personas, desde los 10 años estuve en la Cruz Roja como voluntaria. Quise estudiar enfermería porque siempre me veía en el proceso de estar pendiente y al cuidado de ellos, nosotros somos el apoyo al cuidado de ellos”, dijo Diana Milena.

    Sin duda, los pacientes se convierten en el pilar de la labor de la enfermería, y en su quehacer llegan a convertirse para ellos en consejeros, compañía permanente, educadores y salvadores, casi como un redentor que llegó para darle sentido a lo que para muchos puede estar perdido.  “No solo hablamos de la parte física, sino por ejemplo de unas necesidades sociales y espirituales. Uno les ayuda para que el paciente, así no esté sano, pueda aprender a asimilar la enfermedad”, dijo.

    Y es que la pasión por ser enfermero o enfermera no se adquiere con el tiempo, incluso Diana afirma que se nace para serlo y la vida misma se encarga de poner en el camino las herramientas para servir a otros. En el año 1998, gracias al SENA y a su programa de Auxiliar en Enfermería, ella logró graduarse y empezar a materializar su sueño; tiempo después –y luego de varios intentos– ingresó a la Universidad de Antioquia para profesionalizarse en su pasión.

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    Después de 23 años de ejercer y ayudar a otros en la Clínica Somer, la vocación de Diana sigue intacta, “mis hijos a veces no entienden lo que uno hace pero creo que ellos a la final ven que soy una mujer que ayuda mucho a las personas, independientemente de si se hace de una forma laboral o personal, siempre hay que seguir en una entrega a la sociedad”, añadió.

    Detrás de Diana hay profesionales que llevan años de experiencia, otros que recién empiezan con su carrera y muchos más que aún sueñan con serlo, a quienes ella les dice: “nunca dejen de luchar, nunca pensé que yo iba a llegar hasta donde estoy. No se desesperen, hay que tener un norte y para llegar a ese objetivo -que a veces se ve imposible- se cumple con el hoy. Todo llega en el momento que es”.

    Hoy, Día de la Enfermería, en MiOriente decimos gracias. Gracias a aquellos que diariamente entregan todo de sí para proteger a los demás, para curarlos. Brindamos un reconocimiento a todos los profesionales de la salud y, en especial, a los enfermeros y enfermeras, hombres y mujeres que entregan su conocimiento para el cuidado de la vida. Hoy más que nunca alzamos la voz y les decimos: ¡gracias!

     

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