Lucecitas de colores que prenden y apagan sincronizadamente cuelgan de balcones, ventanas y árboles sintéticos; el sector comercial en ciudades y pueblos de Colombia, y gran parte del continente, se viste de fiesta con guirnaldas tornasoladas; figuras a diferentes escalas del mítico Santa Klaus –aquí llamado Papá Noel-, ovejas, pastores, maracas y diferentes tipos de papel para dar forma a la tradicional gruta de Belén, donde según la tradición católico-romana nació hace 2019 años el niño salvador de la humanidad, son ofertados a mil voces y empacados a la par. La música es alegre y se mezcla con las nanas o el tamborilero de los clásicos villancicos que acompañan esta época: la Navidad ha llegado.
Velas de colores en las aceras, coros de niños y grandes entonando a una sola voz cánticos que invitan a un ansiado bebé a que por fin llegue; regalos, abrazos, pólvora y comida por doquier, dándole paso a un nuevo año cargado de metas por cumplir, hacen parte de la idiosincrasia colombiana y latina en el mes de diciembre; ¿pero de dónde vienen estas prácticas navideñas?
Todo se remonta a tradiciones primigenias, cuando los pueblos antiguos, de acuerdo a sus calendarios y su vínculo con los fenómenos naturales, empezaron a celebrar lo que hoy se conoce como el solsticio de invierno (la noche más larga del año en el hemisferio norte). Eran celebraciones principalmente agrícolas y, de acuerdo a sus mitologías, adjudicaban ese fenómeno de la eterna noche, a sus divinidades. En muchas culturas, esa sería la noche del nacimiento de un importante dios.
Cuando el cristianismo llegó al norte del planeta, su tradición bíblica coincidiría con estas antiguas fiestas que, de acuerdo a historiadores como Diana Uribe, es una conmemoración “con un mismo espíritu, pero con celebraciones y geografías diferentes”. En ese orden de ideas, para el catolicismo americano sería Jesús, nacido en una pesebrera, custodiado por sus padres, un burro y un buey mientras la estrella de David alumbraba en lo alto, la narración mítica del solsticio de invierno que tomaría fuerza.
Existen otras versiones que no se alejan de lo anterior, la primera de ellas enfatiza que la Navidad se ubicó en este día y mes del año debido a que en esa misma fecha los romanos celebraban la solemnidad del Sol Invictus, una deidad pagana de origen oriental. De este modo, la iglesia católica habría utilizado el carácter sagrado de ese día cambiando su sentido religioso por el credo cristiano: Jesús.
Hermes, Budha, Krishna, Horus, Heracles, Adonis, Dionisio, Zoroastro, Mithra y Tammuz habrían nacido, de acuerdo a los relatos fundacionales de otras culturas, un 25 de diciembre, incluso decenas de años antes que Jesús, lo que intenta demostrar que la Navidad es una forma de aglutinar distintas creencias previas.