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Cómo las autoridades en Bogotá están reforzando la seguridad en los alrededores de los colegios

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    Hace tan solo un par de semanas que los estudiantes bogotanos volvieron a las aulas para dar inicio a un nuevo año escolar. Lo hicieron bajo el amparo del plan "Regreso a clases seguro", diseñado por la Policía Nacional con el objetivo de mitigar algunos de los riesgos a los que se enfrentan los estudiantes en medio de la escalada en la criminalidad.

    Crimen cerca de los colegios en Colombia

    Esta situación de delincuencia habría tenido un impacto negativo en el desempeño de los estudiantes, quienes no solo deben preocuparse de su educación, sino también de mantenerse atentos ante los peligros que acechan a tan solo metros de sus colegios. El hurto, el acoso, el secuestro y la venta de estupefacientes son solo algunos de estos.

  • Precisamente es esto lo que el plan de la Policía Nacional quiere combatir, complementando otras iniciativas gubernamentales diseñadas para mejorar reforzar la seguridad de los ciudadanos de manera generalizada. Entre las medidas implementadas para proteger los alrededores de los colegios durante este 2024 se encuentran:

    • Videovigilancia de unidades educativas

    En Bogotá se lleva a cabo un mantenimiento constante de las cámaras de seguridad en áreas escolares. Los sistemas de videovigilancia comerciales son una herramienta esencial para la seguridad de los colegios, ya que además de disuadir, pueden facilitar el desarrollo de respuestas a crímenes en tiempo real.

    Otras ciudades, como Cartagena, también se han enfocado en renovar y reponer los sistemas de alarma de los colegios y áreas adyacentes, permitiendo alertar a los estudiantes y al resto de la comunidad en caso de emergencia.

    • Uso de drones

    Recientemente la policía de Bogotá anunció el uso de drones para el patrullaje de las zonas, brindando acompañamiento a los estudiantes para permitirles ingresar y salir de forma segura de los establecimientos educativos. Los mismos se mantienen en vuelo durante las horas con mayor afluencia de estudiantes.

    El uso de los mismos no surge únicamente como una estrategia para la prevención, sino también como respuesta para hacer frente a las regiones más afectadas por la vulneración de derechos a los estudiantes durante el último año. El hurto a los niños es uno de los delitos que planean reducir con la implementación de estos equipos.

    • Seguridad privada

    Ante las falencias del estado al momento de brindar protección a los colegios de Bogotá y el resto del país, la seguridad privada ha ganado un rol protagónico en lo que se refiere a asegurar que los estudiantes y maestros puedan llevar a cabo sus actividades diarias sin preocupaciones.

    Se trata de iniciativas privadas que siempre han actuado en conjunto con las instituciones, pero que cada vez se vuelven más importantes para el sistema educativo.

    Sin embargo, debido a las dificultades económicas que atraviesan muchos centros educativos del país, la cantidad de vigilantes en los colegios del país estaría comenzando a disminuir, algo que ha generado un aumento en la delincuencia en distintos departamentos, como pueden serlo Antioquía y Bolívar.

    • Mayor patrullaje móvil

    Las escuelas bogotanas también contarían con un mayor número de agentes de seguridad y vehículos de reconocimiento (desde patrullas hasta helicópteros) para crear perímetros donde no solo se disuada a los posibles criminales, sino que también se agilice el proceso de identificación en caso de que se lleve a cabo alguna actividad ilícita que ponga en riesgo a los estudiantes.

    Medidas adicionales 

    Tomando el ejemplo de otros países donde los jóvenes son víctimas de criminales en las áreas adyacentes a sus colegios, también es posible proponer medidas de seguridad adicionales que podrían probar ser eficaces para Colombia. Algunas de estas incluyen:

    • Programas de organización institucional y comunal para darle un mayor rol a los ciudadanos en la protección de los estudiantes.
    • Educación adicional para que los estudiantes sepan cómo desenvolverse ante situaciones que puedan ponerlos en riesgo.
    • Concientizar a los jóvenes sobre los riesgos a los que pueden someterse al llevar productos costosos (como prendas o dispositivos electrónicos) de forma imprudente.

    Otras medidas importantes para asegurar la protección de los estudiantes no tiene que ver con el crimen, sino con los conductores, quienes suelen ser responsables de una gran parte de los accidentes que ocurren en las adyacencias de los colegios bogotanos. Por este motivo, las medidas de protección escolar para este 2024 también deben tomar en cuenta la seguridad vial.

    La salud mental, tema pendiente

    Para que estas medidas tengan efecto, es necesario que las autoridades aborden adicionalmente un problema estructural de la educación colombiana: la salud mental de los estudiantes. El índice Welbin lo señala como tema pendiente, afirmando que la salud mental y emocional, y la capacidad convivencia e inclusión, serían algunas de las áreas con mayores falencias en el sistema educativo nacional.

    Aunque estas variables representan un problema importante en el desempeño escolar de los estudiantes, también tiene el potencial de crear ambientes perfectos para la proliferación de la delincuencia, haciendo que las unidades educativas sean más peligrosas para el resto de los estudiantes.

    Un histórico deficiente

    Para muchos, el anuncio de las autoridades puede sonar como un cambio positivo en el sistema educativo, sin embargo, según a quién se le pregunte, hablamos de un entorno con un historial poco esperanzador. Ya desde hace más de una década que se habla de medidas insuficientes para incrementar la seguridad alrededor de los colegios.

    En varias instancias se han desarrollado planes cuya implementación desaparece a los pocos años de su anuncio, no solo por falta de resultados, sino también por cambios en las prioridades de las autoridades pertinentes. El abandono de dichos programas, aunque afecta también a las grandes ciudades, muestra su cara más cruenta en las zonas menos favorecidas del país.

    La seguridad de los colegios bogotanos tiene que mantenerse como una prioridad, tanto para la comunidad como para las autoridades permanentes. Si se puede convenir en que la educación es la columna vertebral de la sociedad, entonces unas escuelas seguras son lo menos que se puede esperar para los jóvenes.

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