Esta semana la autoridad ambiental Cornare entregó licencia al Proyecto Hidroeléctrico Cocorná III, una pequeña central hidroeléctrica (PCH) que generaría cerca de 19 megavatios de energía.
El proyecto es de la Sociedad Comercial Taborda Vélez & CIA S. A. S., la cual logró la autorización en su tercer intento.
Aunque Cornare lo había rechazado dos veces, en esta ocasión consideró que “se cumplieron las variables de manejo ambiental, social y económico para contener los impactos que pudiese presentar el proyecto”.
Sin embargo, la comunidad denuncia que esta ya es la quinta hidroeléctrica con pretensiones en el río Cocorná.
Jhonatan Jaramillo, líder ambiental de esa región, advirtió que en el impacto ambiental están el desplazamiento del hábitat de varias especies, algunas tan representativas como el tití gris y el torito dorsiblanco, una especie de ave; sumado a la privatización de predios de acceso al río, los daños a la agricultura, entre otros.
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Por eso, anunció que la comunidad radicará el recurso de reposición ante Cornare para intentar que reverse la autorización.
En los cerca de ocho años de gestión que tuvo el proyecto, explicó, solo se lograron dos audiencias públicas oficiales. En estos espacios la comunidad dijo que este modelo de pequeñas centrales hidroeléctricas “va en contravía del modelo de desarrollo agro-eco-turístico”.
¿Por qué se realizan tantas solicitudes para pequeñas centrales en la región?
Obedece principalmente a la estrategia que implementó hace varios años Colombia para enfrentar el cambio climático, desestimulando a los inversionistas de proyectos energéticos con carbón, petróleo y gas; y al contrario, estimulando las fuentes no convencionales de generación de energía.
Asimismo, Cornare aclaró que es su obligación recibir los proyectos hidroeléctricos que se presenten, estudiarlos, y si cumplen los requisitos, aprobarlos.