En las últimas horas se confirmó la muerte del artista antioqueño más grande de todos los tiempos. Se trata de Fernando Botero, quien a los 91 años de edad falleció tras sufrir complicaciones de salud.
Botero nació en Medellín y rompió todos los récords del arte, por ejemplo con la asistencia de 300.000 personas en el Palacio de Bellas Artes en México o 155.000 en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Asimismo, Botero dio a conocer el arte nacional en el exterior, con obras que se imponen en países como Estados Unidos y Francia.
Quienes siguieron la vida del pintor colombiano, explican su éxito con una mezcla entre talento, terquedad y entrega. Él mismo se definió como hijo de una “familia venida a menos”. Su papá había trabajado como arriero para sacar adelante a sus tres hijos, pero falleció cuando Botero tenía cuatro años, y su madre, aunque era una mujer abnegada a la familia, tuvo muchas dificultades para sostenerlos.
Al hablar de la persona favorita para pasar los días, no cabe duda de que es con Sophia Vari, su compañera de vida, quien también falleció hace poco. Sus tres hijos (Lina, Fernando y Juan Carlos) y varios nietos llenaron de amor y de gracia su vejez. Esa fue la mayor satisfacción de un hombre que pasó los 90 años rodeado del amor de su familia, del afecto de sus amigos, del reconocimiento de sus compatriotas y de la admiración del mundo entero.