Romero ha enfocado su lucha no solo en la educación, sino también en la justicia social. Ha sido un defensor incansable de los derechos de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, luchando por el reconocimiento de sus tierras ancestrales y la protección de sus recursos naturales.
Además, ha trabajado en la prevención y el combate de la violencia en la región, promoviendo el diálogo y la paz entre los distintos actores del conflicto. A través de sus esfuerzos, ha logrado establecer mesas de negociación entre comunidades locales, el gobierno y otros actores involucrados, lo que ha resultado en avances significativos en términos de seguridad y estabilidad en la región.
El papel de los jóvenes en la construcción de un futuro mejor:
Romero siempre ha creído en el potencial de la juventud para transformar la realidad de Urabá. Por ello, ha impulsado proyectos y programas que fomentan la participación activa de los jóvenes en la construcción de un futuro mejor. Entre sus iniciativas, destacan talleres de liderazgo, formación en habilidades técnicas y capacitación en la resolución de conflictos.
