Con el Protocolo de Actuación Policial para la Atención de Trabajadoras Sexuales Transfemeninas, en Medellín se busca disminuir el maltrato contra las mujeres trans trabajadoras sexuales, por parte de algunos miembros de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá.
Este es el resultado del proyecto de cooperación internacional, ejecutado por la Fundación Forjando Futuros con el Ayuntamiento de Barcelona y la Asamblea de Cooperación Por la Paz (ACPP), al que la Alcaldía de Medellín se articuló para garantizar el enfoque diferencial para las mujeres con experiencia de vida trans.
Según la encuesta de caracterización de la población trans de Medellín, aplicada por la Alcaldía entre 2021 y 2022, el 57 % de quienes ejercían en ese momento el trabajo sexual o lo hicieron en el pasado, sufrieron ataques policiales.
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Previo a la construcción, se hizo un diagnóstico de las violencias que sufren las mujeres trans trabajadoras sexuales. Los tres primeros encuentros demostraron que falta un registro sistemático de los casos de vulneración de derechos por falta de denuncias, sea por miedo a represalias, falta de legitimidad en las instituciones o desconocimiento de las rutas.
El trabajo ha permitido, además, que 32 integrantes de la Policía se formen en derechos humanos con enfoque de diversidades sexuales y de género, con el objetivo de disminuir las violencias basadas en género y mejorar la seguridad y garantía de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, travestis y, particularmente, de las mujeres con experiencia de vida trans que ejercen el trabajo sexual.
“Fue un ejercicio muy bonito, que sabemos, será una gran herramienta para la Policía Nacional, que va a permitir que se aminore la brecha de daño y de maltrato frente a la población que ejerce el trabajo sexual en Medellín. Esto las va a proteger frente a cualquier acción que genere daño y afectación a su integridad”, comentó la gerente de Diversidades Sexuales e Identidades de Género, Patricia Llano Obando.
En la elaboración participaron organizaciones sociales y de grupos focales con 60 mujeres con experiencia de vida trans, que contribuyeron a identificar los lugares y tipos de violencias experimentadas por parte de algunos uniformados.
Se espera que sea replicado en todo el territorio nacional, especialmente, en ciudades principales donde las mujeres que ejercen trabajo sexual han denunciado sistematicidad en este tipo de violencias.
Estoy muy contenta como trabajadora sexual por este protocolo, porque es algo que genera respeto hacia nuestro trabajo y regula esa violencia que hay entre la Policía y las trabajadoras sexuales. Esto me pone contenta, ya que es algo que siempre debió pasar
indicó Nataly Nicole, quien participó en un grupo focal para el diseño del instrumento.
