Hace algunos días, con presencia de las autoridades de seguridad y varios miembros de su gabinete, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, inauguró las nuevas medidas de control para el acceso al Parque Lleras en El Poblado.
Pese a las críticas de diferentes sectores sociales y políticos y tras haberlo implementado primero en el centro de Medellín, en la Plaza Botero, el mandatario resaltó que el cerramiento del Parque Lleras es una estrategia —también denominada como “abrazo” o “zona blindada”— que busca garantizar la seguridad, disminuir delitos de alto impacto y evitar que en el lugar se presenten problemáticas como el expendio y consumo de drogas, prostitución, trata de menores y mendicidad.
Este fue el primer fin de semana en que operó así el Parque Lleras, que está delimitado a sus alrededores con 100 vallas y tiene 25 cámaras de seguridad y seis puntos de acceso que son regulados por uniformados de la Policía Metropolitana para evitar el ingreso de drogas, armas, y la circulación de menores de edad después de las 7:00 p. m. sin compañía de sus padres.
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Sin embargo, aunque la medida pretende reducir delitos, según El Colombiano, varias mujeres denunciaron que fueron víctimas de discriminación por llevar faldas y tops. Así lo dio a conocer una de ellas en sus redes sociales.
En un video publicado en Twitter, la joven mostró cómo un policía le dijo que antes del cierre el lugar estaba lleno de “meretrices”. “¿Por qué nos dice meretrices? ¿Por qué tenemos que desalojar?”, le contestó ella.
Según la Alcaldía, intervenciones como las realizadas en la Plaza Botero, con su cerramiento, han producido una disminución de delitos comparando lo que va de 2023 con el mismo periodo de 2022. El hurto a personas tiene una reducción del 31 % , el hurto a comercio una disminución del 38 %, el hurto a celulares presenta reducción del 52 % y las lesiones personales tienen una reducción del 30 %.
