Una noticia conmocionó hace unos meses a Medellín y al país tras el hallazgo de tres cuerpos en el barrio Santa Cruz, sector La Isla. Las víctimas fueron identificadas como Diana Lorena Vélez Raigosa, de 42 años, y sus hijos, María Camila y Juan Carlos Hincapié Vélez, de 21 y 18 años. La investigación inicial apuntaba a un posible suicidio, pero las autoridades han determinado que se trata de un caso de doble homicidio seguido de suicidio.

El secretario de Seguridad y Convivencia, Manuel Villa, explicó que, gracias a las indagaciones realizadas por la Policía Judicial y los dictámenes del Instituto de Medicina Legal, se ha podido establecer que “lo que hubo fue un doble homicidio por envenenamiento” antes del suicidio de la madre. Los móviles del crimen aún están bajo investigación.

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    El comandante encargado de la Policía de Medellín, general Rosberg Tobón, hace unos meses confirmó que en la vivienda se encontraron dos cartas que sugieren las intenciones de suicidio de Diana Vélez. En una de ellas, la madre expresa su deseo de donar su cuerpo a la ciencia médica y, en caso de no ser posible, solicita ser cremado y que sus cenizas sean desechadas. La carta dice:

    “Por medio de la presente, yo, Diana Vélez, con cédula de ciudadanía de Pereira, Risaralda, manifiesto y autorizo en vida la voluntad de donar mi cuerpo fallecido a la ciencia médica. De no ser posible la donación, manifiesto mi voluntad en vida y autorizo ser cremada, y las cenizas ser desechadas.”

    Además, se divulgó fragmentos de una segunda carta dirigida a una persona cercana, identificada como “Juana”. En este mensaje, Diana se disculpa por el sufrimiento que su decisión podría causar y menciona su angustia por no poder dejar a sus hijos solos tras su muerte:

    “Juana, perdoneme por hacerla sufrir, le doy las gracias por los buenos momentos que mi hijo pasó a su lado, por el cariño brindado. Siento mucho hacerla pasar por esta situación. Pero no podía dejarlos abandonados y sufriendo día a día con el suicidio de su madre.”