Una mañana unos tipos armados, guerrilleros ellos, le dicen a un grupo de campesinos que se tienen que ir de su vereda. Estos llevan al pueblo la noticia de que tienen tres días para huir, para dejarse los ojos nublados con el adiós. Sucede en julio de 2003. En tres días cerca de dos mil personas huyen del corregimiento Aquitania, en San Francisco. Algunos regresan a su pueblo en las noches, cuando recuestan su cabeza en la almohada, otros van más lejos, sabiendo que será un hasta siempre. Llegan a San Luis, San Francisco, La Danta, Marinilla, Rionegro, Medellín. Se separan, se van.
“Aquitania. Siempre se vuelve al primer amor” es un libro y una página en Facebook en donde se narran sus historias (https://www.facebook.com/AquitaniaSiempresevuelve/). En ellos, el dolor es innumerable: mi hijo desaparecido, mi hermano reclutado, mi esposo asesinado, mi esposo mutilado. Una suma de dolores como cáncer. Y a pesar de tanto llanto, es una historia de amor.
Cuatro meses después de huir empiezan a regresar: una mujer sueña todos los días que vuelve a su casa en Aquitania; una enfermera camina la carretera hasta el pueblo porque de la alcaldía le dicen que necesitan que atienda los campesinos de tres veredas que no se desplazaron; a un viejo se le van sus enfermedades cuando le dicen que puede volver; otro anciano recoge los marranos que lleva engordando varios meses y los encarama en una volqueta para ir de nuevo a su casa.
A pesar de todo, vuelven. Como cantaba Carlos Gardel, “siempre se vuelve al primer amor”. Los viejos no pueden hacer su vida en otro sitio que no sean sus montañas, las mujeres extrañan la tierra en la que crecieron, los hombres necesitan regresar para sentirse útiles, dueños de su destino.
La historia de este pueblo está escrita en papel para que no se borre la voz de sus recuerdos. El 3 de diciembre se presentará “Aquitania. Siempre se vuelve al primer amor” en el parque principal de este corregimiento del municipio San Francisco. En febrero de 2017 se hará en Medellín y Rionegro, bajo el sello de Sílaba Editores. Con esta crónica se resalta la valentía de un pueblo que sobrevive a la diáspora, en donde a pesar de todo, siempre se vuelve. Y sí, al primer amor.
