La piel es un tapiz que recubre las provincias cabeza, extremidades y tronco. Su superficie es incalculable y la talla no es uniforme; varía de acuerdo con el protagonista. Su tonalidad también cambia: va desde los oscuros hasta los claros. En cámaras de bronceo algunas mujeres se desnudan para tostar como el maíz esa prenda accidentada, abultada. Sensual. En otros casos, la piel se curte, tiñe y decora con la paciencia de un alfarero.
A la hora de pintar hay unas provincias más apetecidas. Las extremidades y el tronco son las preferidas, y sus dibujos van desde la obra de arte al paisaje semejante al dibujo de niño de dos años.
Es indeleble.
Los más llamativos son los que se confeccionan en casa, algunas veces con agujas oxidadas. A escondidas. Las fuentes de inspiración para decorar transitan por diferentes senderos. Una de las preferidas es el influjo producido por fuerzas sobrenaturales. De otra manera serían inexplicables algunas obras con un poder de abstracción semejante a las pinturas de Picasso. Arte el apellido que le atribuyen.
Arte la marca de María, una mujer que en una de sus piernas áridas su hermano escribió “Love”. Palabrita garrapateada en un afiche colgado de la pared de su casa siendo niña, tiempos en los que no enseñaban inglés y del Norte ya bombardeaban con productos marcados con mensajes indescifrables.
Su hermano el artista intentó convertirse en un reputado grafitero de la piel. Con su mamá ensayó unas cuantas letras y uno que otro corazón. En su territorio aguarda el talento que nunca fue. Se inspiró en el campo para punzar en cada poro la forma de un escorpión regordete con forma de cucarrón.
El artista no cobró fama. El éxito y las cámaras se las robó una mujer rolliza en una manifestación en un sector en alto riesgo de Medellín. Le preguntamos si nos regalaba un testimonio sobre el posible desalojo del cual serían protagonistas.
-Sí, claro, pero espérenme un momentico yo me cambio para salir bonita en televisión.
-Listo.
Regresó maquillada, con ropa nueva y un escote accidentado. No le prestamos atención al “detalle”; nos importaba su opinión.
El “detalle” se hizo mayúsculo cuando en una clase de la universidad el profesor preguntó.
-¿Dónde se centra la atención del televidente?
-En el yin yang- respondió alguien.
A continuación la burla, el “detalle” que se debatía entre el bien y el mal. La musa debió ser realmente inspiradora; no es que un seno fuera negro y el otro blanco. No. Aunque la forma bien podría servir para la imagen. En uno de ellos se expresaban las dos fuerzas fundamentales y opuestas. Supongo que para meditar se tocaba y elucubraba.
Pero son insignificantes ante corazones atravesados por flechas, al “Te Hamo”, a nombres de personas que se amaron y que ya no están, a pesar de que su marca permanezca incólume. Hay desde los que se pintaron animalitos, creyéndose muy varoniles, hasta los que simularon un alambre de púas, evidenciando que su cuerpo es zona de alto riesgo.
Artistas de la cotidianidad. De la familia. Tatúan a sus jugadores de fútbol preferidos y estos más se parecen al vecino acabado de levantar que al ídolo por el que se arriesgaron a teñir el tapiz. Se atreven a plasmar mensajes poéticos, y en cambio dejan en evidencia que la clase de lengua castellana la ganaron con ayuda del profesor. En otros casos creen tener tatuado un hijo en la espalda, sin darse cuenta que reencarnaron a Chucky.
El tapiz colorido es atractivo. Los mensajes escritos allí, por demás, interesantes. Lo diré corto, rápido y claro: me parecen sublimes los tatuajes. Son una pizca de sensualidad, siempre y cuando los artistas no sean empíricos del desastre. Si en el camino te topas con alguna de ellas –o ellos-, aplica la sabiduría de los poetas de Facebook: déjala ir. O déjalo ir.
Sugiero.
* Juan Camilo Gallego Castro (@jcamilogallego) es autor del libro Con el miedo esculpido en la piel. Crónicas de la violencia en el corregimiento La Danta, proyecto ganador en crónica de la Primera Convocatoria de Estímulo al Talento Creativo-Antioquia 2012. También es periodista, especialista en derechos humanos y derecho internacional humanitario de la Universidad de Antioquia y estudiante de la maestría en Ciencia Política del mismo centro universitario.