Exintegrante de la Asamblea Nacional de Ecuador, uno de los principales opositores al expresidente de izquierda Rafael Correa; 59 años de edad, periodista, investigador y líder de la derecha de ese país. Así era Fernando Villavicencio, candidato presidencial que fue asesinado en un crimen que, en el caso de Colombia, recordó la peor época del sicariato en nuestro país.
El candidato presidencial ecuatoriano, segundo en la intención de voto, fue asesinado en la noche de ayer miércoles en Quito, tras lo cual el Gobierno declaró un estado de excepción para garantizar el desarrollo de los comicios, cuya fecha se mantiene para el domingo 20 de agosto.
Villavicencio salía de un evento de campaña cuando fue atacado por una ráfaga de al menos 30 disparos, tres de los cuales lo impactaron en la cabeza. El hecho también dejó nueve heridos, entre ellos dos policías.
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Por estos hechos fue capturado un hombre que resultó baleado por los escoltas del candidato. Según la Fiscalía de ese país, el sujeto falleció producto de las heridas. Además, en el lugar de los hechos fue abandonada una carga explosiva. Fue un crimen brutal.
El candidato tenía una intención de voto del 13 % en una lista de ocho aspirantes. Era la segunda mayor intención, solo superado por Luisa González —que tenía el 26,6 %—, aliada del exmandatario socialista Rafael Correa, quien gobernó entre 2007 y 2017.
Villavicencio había denunciado amenazas de un grupo de narcotraficantes aliado al cartel de Sinaloa de México, liderado por alias Fito. La víctima dejó una esposa y cinco hijos.
Mientras el expresidente de Colombia, Iván Duque, se pronunció; hasta ahora el presidente Gustavo Petro no ha escrito ningún mensaje de solidaridad.