Por: Juan F. Tobón Aristizábal.
Qué paradójico morir en un santuario. Así se llama la tierra en la que falleció, muy joven, el general José María Córdoba. Todavía, en el parque principal de El Santuario, en un museo que lleva su nombre, reposa la chaqueta que vestía cuando fue asesinado, también la totuma donde tomaba agua, y muchas otras de sus pertenencias. La historia detrás de un nombre nos lleva en esta ocasión, a hurgar en el tiempo y conocer por qué el pueblo del Oriente Antioqueño donde murió este prócer de la libertad independista, se llama como se llama.
Dos historias ilustran el porqué de este nombre, y al parecer, todos los caminos llevaban a El Santuario. Según el artista santuariano, Argiro Quinchía, “la historia es muy simple: la palabra santuario ha estado relacionada desde siempre con las guacas, está muy ligada también a la tradición indígena y este territorio fue habitado por tribus Tahamíes”.
Los indígenas, al parecer, “hacían recorridos muy interesantes por la Quebrada la Marinilla hasta llegar al Alto de El Santuario, también conocido como el Alto del Calvario, en búsqueda de enterramientos y despojos. Se presume que esto tiene mucho que ver con el nombre”, cuenta el Director de la Escuela de Bellas Artes de la Casa de la Cultura del municipio.
Sin embargo, este nombre que parece estar tejido entre la búsqueda de tesoros y la devoción, “tiene una mayor profundidad cuando lo relacionamos con el capitán Antonio Gómez de Castro, quien en 1765 estableció su hacienda en lo que hoy es conocido como vereda El Morro, y allí construyó una capilla pequeña que se volvió popular entre los vecinos, quienes acudían a ella como a un santuario”. Fue ahí donde se levantó entonces el Santuario a la Virgen de Chiquinquirá, cuyo nombre se mantiene para la iglesia del parque principal del municipio.
En 1792, Ignacio Gómez, hijo del capitán Gómez de Castro y heredero de la capilla, construyó otro templo. Fue en ese momento en el cual empezó a conformarse el Caserío de El Santuario que perteneció a la jurisdicción de Marinilla hasta 1938, pues el 26 de noviembre de ese mismo año se erigió como municipio.
De esta manera, por devoción religiosa o por búsqueda de entierros, pareciera que este municipio ubicado a 57 kilómetros de la capital Antioqueña, y también conocido como la despensa agrícola de Antioquia, no tenía opción para llamarse de otra forma, pues todos los caminos llevaban a El Santuario.
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