En las últimas horas la Contraloría General de Medellín informó a la opinión pública algunas de las conclusiones más relevantes a las que llegó luego de realizar un informe especial del incidente ocurrido en la Central Hidroeléctrica Guatapé el pasado 15 de febrero y que dejó fuera de servicio la planta de generación durante más de cuatro meses.
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Falta de mantenimiento no habría sido la causa de este suceso, aclaró el ente de control fiscal, “porque tanto el sistema de cables de potencia, como los demás equipos que hacen parte de la Central Hidroeléctrica, contaban con un plan de mantenimiento preventivo periódico del que la Contraloría ha podido verificar que se dio adecuado cumplimiento; precisamente el accidente ocurrió en momentos en que se desarrollaba en el sistema de cables, un procedimiento de mantenimiento para corregir una fuga de aceite, detectada en uno de los controles preventivos programados. Durante la corrección de la fuga se presentó una cadena de eventos desafortunados, que combinados terminaron ocasionando el incendio del sistema de cables de potencia de la central”, detalló el informe.
Uno de esos eventos a los que alude la Contraloría General de Medellín tienen que ver con una presunta descoordinación y/o falta de claridad y entendimiento entre el personal experto encargado de reparación (contratista extranjero), y el personal de EPM, debido a que ambas partes interpretaron de forma diferente el término “normalizar el sistema”, pues mientras para los expertos, “normalizar” implicaba evaluar el estado del circuito hidráulico y realizar las tareas necesarias para corregir cualquier eventual anomalía, para luego proceder a energizar y entrar en operación; para el personal de EPM, “normalizar” significa realizar las maniobras de conexión y energización para entrar en operación.
“Esto último fue lo que se ejecutó y por tanto, se energizó el sistema de cables sin percatarse que durante el procedimiento de corrección de la falla, había ingresado aire y pérdida de presión de aceite en el circuito hidráulico, lo que originó la explosión y posterior cortocircuito, iniciando el incendio del sistema de cables a 230 KV de la Central Guatapé”, añadió el ente de control fiscal en el informe.
Solo hasta el pasado 25 de junio EPM pudo normalizar la generación de 560 megavatios que aporta al Sistema Interconectado Nacional, adelantándose 68 días al cronograma de reparación que tenían establecido, pero aun así, las pérdidas y los costos por restablecer la Central ascendieron a los 231 millones de dólares, de cuales aproximadamente 163 millones serán reconocidos por la aseguradora RSA, con quien EPM tenía contratada la póliza de “Todo Riesgo Daños Materiales” y la pérdida neta que debe asumir la empresa energética ascenderá a unos 70 millones de dólares.
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Finalmente, la Contraloría General de Medellín precisó que en las labores de auditoría desarrolladas no se encontraron hechos o evidencias que ameriten la apertura de procesos de responsabilidad fiscal contra funcionarios de EPM como consecuencia de los eventos que terminaron desencadenando el incendio en la Central Hidroeléctrica Guatapé.
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