El camino es piedra y a cada paso lo besamos con nuestros pies. Hay besos tímidos como en el amor al comienzo. Luego creemos que esa boca que besamos es nuestra y la tomamos con arrebato, con violencia, ¡Es nuestra!

Pero esa boca es piedra, nos devuelve besos con llagas, abrazos con tropezones, caricias con cansancios; entonces, nuestros pies piden perdón y todos los caminos nos convierten en peregrinos. 

  • #ElCaminoDelFinDelMundo