Por: Germán Mejía Vallejo
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Después de haber estudiado más de 20 años de mi vida y haber ocupado varios puestos, tanto en mi campo laboral como en otros que la vida me iba poniendo, descubrí lo más lindo y valioso que he aprendido hasta ahora: nada te hace más exitoso que dedicarte a lo que te da placer. No a lo que la sociedad impone. Estamos llenos de médicos, abogados, administradores y demás profesionales que, muchas veces, estudian pensando en el futuro laboral, en la demanda de sus carreras, en el sueldo al que pueden aspirar, pero casi nunca por su real convicción de servicio y amor.
Estudia y haz lo que amas, dedícate a servir desde tu oficio, no pienses en cuánto vas a ganar sino en cuánto puedes ayudar, esa es la única y verdadera clave para ser feliz, lo demás llegará por arte de magia.
Desde que nacemos nos forman mecánicamente para aprender, estudiar, graduarnos y ocupar un puesto importante donde ganemos bien y podamos darnos “lujitos”, pero en ese afán de uniformar las mentes y de volvernos borregos activos de una sociedad capitalista y consumista, estamos olvidando y cercenando un paso vital para la realización humana: la pasión. Debemos ser criados para buscar más la felicidad que el éxito, más nuestra alegría que el reconocimiento, por eso hoy hay tantos empleados que se jactan de estar pegados de sus computadores y sus oficios durante ocho, 10 y hasta más horas diarias, haciendo día tras día lo mismo, porque nos importa solo tener un sueldo, una entrada fija, sin hacernos sabedores que allí se está yendo nuestra alegría, nuestra salud y con ello nuestras vidas.
Hoy hay miles de empleados y pocos emprendedores, porque nos da miedo lanzarnos al vacío y darle rienda suelta a eso que amamos, a eso que soñamos.
No le temas a nada, no te dé miedo surgir, el amor y la pasión siempre encuentran la luz, siempre llegan a la meta. Si de niño amabas dibujar, conviértete en un gran pintor. Si te gustaba muchísimo hablar con los demás y vender minisigüí en los descansos de la escuela, dedícate a formar tu negocio, a relacionarte con la gente, a emprender; si desde chiquito amabas el fútbol, lucha por ser un futbolista; si cuando eras niño amabas maquillarte entonces conviértete en un gran maquillador; no permitas que te corten las alas, no dejes que otros hagan en ti lo que ellos desean, revélate, ámate, sé feliz. En últimas, esta es la única oportunidad que tienes para vivir en este planeta, eres privilegiado de ocupar un lugar aquí, así que adelante, aprovéchala y haz lo que te plazca, pensando en servir y con pasión: ¡nada más debe importar!
Yo lo hice y no me arrepiento. Después de tener mi carrera, mi especialización y muchos cursos de esos que te obligan a hacer para estar vigente en el medio, decidí empezar de cero. Acepté que aun amando lo que había aprendido no era lo que me movía. Inicié una carrera contra todo pronóstico donde el servicio era mi herramienta clave y la pasión el único instrumento para poder llegar a la meta: descubrí que lo que realmente amaba era emprender, construir un negocio que, más que dinero, me diera placer, pasión y alegría completa. Dejé de pensar en cuánto ganaría y me concentré en hacerme feliz, ¡y les cuento que ha sido la mejor decisión de mi vida! Obviamente no ha sido fácil. Luchar contra el sistema es muy difícil: te desgasta, es injusto y por momentos uno quiero desistir, sin embargo hay algo que nada lo compara: el amor y la seguridad de estar en el lugar correcto, haciendo lo que deseo y no lo que me toca, luchando por mi negocio, por mi pasión, por mi sueño, por mi vida y mis ideales; no los ideales, los sueños o las necesidades de otros.
En conclusión, la invitación es a que estudien, se superen, se enamoren y se queden habitando el lugar en que más cómodos, útiles y llenos de amor puedan estar: sean los mejores odontólogos, oficinistas, abogados, politólogos, bailarines, chefs, reposteros, peluqueros, diseñadores de modas, malabaristas, zapateros, emprendedores, científicos, youtubers, influenciadores, fontaneros, en fin… sean lo que desean ser, pero háganlo con amor, no porque les toca, sino porque vibran con la pasión por su oficio o profesión, porque lo desean inmensamente, no porque “es lo que hay”. Recuerden que solo hay una vida individual y es hoy, es ahora, lucha por hacerte feliz a ti mismo y a los demás y lo demás podrá esperar: ¡nunca dejes de servir, de amarte, de soñar, de ser feliz!