“Yo no voy a votar por Santos, yo tengo memoria de la guerra”, fue lo que me dijo un líder social en Cocorná ocho días antes de las elecciones y me presagió lo que sería una abrumadora votación por el candidato Zuluaga, o mejor, por el Expresidente Uribe.
En todos los Municipios del Oriente Antioqueño Zuluaga prácticamente arrasó con la votación, sobre todo en los que vivieron el conflicto con mayor intensidad y esto tiene varias explicaciones que trataré de exponer para la reflexión colectiva:
Los pobladores en el territorio no olvidarán nunca las atrocidades cometidas por las FARC y el ELN; el veinticuatro negro de San Luis en el que varios conductores fueron ejecutados por desobedecer la orden de “paro armado” del Frente Carlos Alirio Buitrago, o la destrucción del Municipio de Granada con cilindros bomba por parte del Frente Noveno de las FARC y que acabó con varias cuadras a la redonda del Puesto de Policía de esa población, o los más de setenta jóvenes sacrificados en Argelia de María, fruto de la paranoia de Karina o la implosión de viviendas en San Francisco aledañas a la estación de policía y donde murieron varios civiles al instalar explosivos en el alcantarillado público. Para resaltar sólo algunos de los muchos dolores que vivieron las comunidades de esta Región maravillosa de Antioquia.
A pocas personas les importa, o saben, que quien ordenó a los conductores desconocer el “paro armado”, sopena de ejecutarlos en la misma plaza principal, fue el mismo “cabezón”, uno de los comandantes más temidos de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio y quién ordeno la ejecución de cientos de personas en varios municipios.
Tampoco recuerdan que un mes antes de la destrucción de Granada, el Bloque Metro de las AUC entraron al municipio masacrando a muchas personas con la complicidad de los miembros de la Policía Nacional que se encontraban allí.
Y es claro que ninguna de las acciones que se han vivido como consecuencia del conflicto armado en el Oriente Antioqueño puede ser legitimada, de ninguna manera la barbarie puede ser aceptada.
Sin embargo, es necesario contextualizar los hechos para poder hacer el análisis que pretendo sobre lo acontecido en las últimas elecciones y donde Zuluaga ganó y por una inmensa mayoría en esta región.
Hoy se puede transitar por los diferentes municipios del Oriente sin el temor de ser bajados de un bus en uno de los tantos retenes ilegales que hubo y donde se secuestraba o ejecutaba a muchas personas. Pero haber ganado en la movilidad, también ha permitido empezar a reconocer la dimensión de la tragedia que vivió el Territorio, un atraso de veinte o treinta años en el desarrollo de los municipios periféricos de la región, campos desolados que apenas empiezan a recomponerse, zonas minadas donde aún no entra nadie, Cementerios llenos de NN, miles de familias rotas por la guerra y un enorme escepticismo en que los diálogos prosperen.
Ahí está una de las muchas explicaciones de los porqués de las últimas votaciones, pero también un inmenso reto para el Gobierno Santos de devolver, con inversión social, la confianza a toda una región y aminorar la brecha en el desarrollo de muchos municipios que sufrieron el conflicto. También es un reto enorme para las FARC y el ELN el reconocer las atrocidades cometidas y a sus víctimas y permitir que realmente las negociaciones terminen con unos acuerdos de paz.
Por: Óscar Castaño - @OrienteseTV
