El dinero que se recauda con la Reforma Tributaria en el país, equivale a la suma que gasta el estado para tratar las enfermedades coronarias que padecen los colombianos. Así quedó demostrado en el X Simposio de la Sociedad Colombiana de Cardiología en Medellín, realizada a principios de este mes.
En Colombia, las enfermedades cardiovasculares más frecuentes son el infarto de miocardio, la hipertensión, la insuficiencia cardiaca y la fibrilación articular; patologías que afectan a cerca de 5,6 millones de personas en el país, y cuyos costos de atención suman alrededor de 6,4 billones de pesos al año.
La cifra es dramática si se tiene en cuenta que estas enfermedades se presentan en gran medida por colesterol alto, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, los malos hábitos alimenticios y muchos otros factores que se pueden prevenir. Por esta razón, el gasto podría ser menor si todos los actores involucrados se empeñaran en modificar el estilo de vida de los colombianos.
La hipertensión, por ejemplo, es una enfermedad silenciosa, razón que la convierte en una patología difícil de detectar. Esta es la enfermedad coronaria que más prevalece entre los colombianos (más de 5 millones de personas la padecen). Si bien la hipertensión no mata, es un factor de riesgo para el desarrollo de otros males como el infarto de miocardio, que afecta a miles de personas y cuesta en total más de 3,4 billones de pesos al año, convirtiéndola en la más costosa de las cuatro enfermedades coronarias mencionadas.
Aunque estas enfermedades tienen tratamientos diferentes, comparten los mismos factores de riesgo, razón que evidencia la necesidad de implementar métodos que ayuden a educar a la gente frente a la prevención. Este cambio puede venir únicamente si elegimos políticos que sean conscientes de la problemática, y que mediante políticas públicas claras ejecuten acciones que contrarresten el riesgo al que estamos propensos los colombianos.
Promover la actividad física en veredas, placas polideportivas, escuelas y colegios, así como gimnasios al aire libre, instructores físicos para los adultos mayores y para quienes presenten factores de riesgo, será la única manera de empezar a rebajar los costos que representan los tratamientos médicos de la población con riesgo de enfermedades cardiacas.