Por: Manuel Córdoba (@mmanuelcordoba)
El desarrollo de una orgía exitosa siempre será el producto de un buen trabajo en equipo.
Un festín para comer y beber inmoderadamente, donde se cometen excesos, todo se confunde, todo se mezcla…
-¡Ay que rico!
Sí, sí, sí, ¡que rico mamá! Todos los días del año se celebra como si fuera 31 de diciembre.
-¿Y a qué se debe la fiesta?
Pues la fiesta se debe a que somos afortunados y privilegiados. Mejor dicho, vivimos en una montaña de oro con un clima ideal para cultivar lo que alimenta la orgía.
-¡Aquí nos comemos entre nosotros mismos! Y eso es redundancia.
Sí, es un pleonasmo obvio pero con variables, no sólo nos comemos nosotros mismos, nos comemos el bosque, los ríos, el suelo, el oxígeno, los animales, las buenas ideas, las malas también, los inocentes, los románticos, los diferentes, los indefensos, mejor dicho ¡Todo! Pero todo es todo. Nada queda.
-¡No queda títere con cabeza!
No queda nada. Bueno…Si, sí queda algo. Alguito tiene que quedar.
Después del festín queda la población civil. Mujeres y niños que beben el agua con mercurio, plomo, cianuro y cuanto metal pesado se vierte en la fiesta que se celebra río arriba.
-¡La Fiesta del oro!
Sí, esa misma, la fiesta del oro.
-¡Amo el oro, por mí me forraría los dientes de oro y reiría!
¡Reiría para no llorar! Viendo como mujeres y niños van asimilando en su sistema estos metales pesados que también van incorporándose al ecosistema, o sea, ríos, lagunas, peces, aves, tierra… ¡En todo! En todos los organismos vivos.
-Para eliminar metales pesados del cuerpo hay que comer manzana.
Ve, gracias por el dato.
-Esa tragedia no es para reír, es para llorar.
Es que la realidad colombiana es una tragicomedia.
-Me siento como en el renacimiento inglés, pero sin las obras de Shakespeare.
No hables de Shakespeare que ese era una mentira.
-¿Mentira?
Pues ni tan mentira pero haga de cuenta que era como un “Fake” de twitter, un personaje ficticio para escribir lo que quería y no debía.
Pero no nos desviemos, hablemos de lo real, hablemos de la gran orgía que es la sociedad colombiana, donde todo se mezcla, donde la moral y el pasado se funden en las ruinas del futuro. Por eso aquí nadie le da la oportunidad a nadie.
-¡Ay! No se me ponga fúnebre.
No, no estoy fúnebre, es más, voy a sacar algo positivo de este cuento. Una orgía exitosa siempre será el producto de un buen trabajo en equipo. Si la sociedad colombiana es una orgía pues eso denota que sí sabemos trabajar con los demás.
Por eso creo que Colombia sólo necesita ganarse un mundial de fútbol para demostrar que sí sabe trabajar en equipo o una medalla de oro en los Olímpicos en un deporte conjunto.
Ya los criminales trabajan en forma ordenada y a veces se confunden en la misma organización, tan es así que si hay que traficar armas, droga, personas, o lo que sea, no importa si la mercancía es de origen revolucionario, si las rutas las maneja la extrema radical o si el barco es de un tercero, eso ya no importa, lo importante es que todos trabajan junticos.
Haga de cuenta un consorcio criminis. ¿Qué más orgía que esa? ¿Son hampones? ¡Claro que lo son! Criminales y asesinos, pero están trabajando en equipo.
¿Quién mas se anima a trabajar en equipo en esta sociedad?