Por: Pablo Jaramillo Vasco
@conojocritico
La movilidad en el oriente antioqueño Medellín alguna vez fue pensada como una ciudad-región compuesta por tres valles: el Valle del Tonusco, el Valle de Aburrá y el Valle de San Nicolás (situado en el altiplano del oriente antioqueño cercano).
Estos tres valles que conformarían la ciudad-región de Medellín estarían comunicados por medio de túneles. Hoy ya existe uno, el Túnel de Occidente que comunica el Valle de Aburrá con el Valle del Tonusco. Falta entonces el Túnel de Oriente que comunicaría los Valles de Aburrá y de San Nicolás, sin embargo aquí comienza el déficit de esta última región con respecto a sus vías de El Túnel de Oriente está estancado por falta de voluntad política y parece su inicio demorarse.
El desarrollo de este proyecto sigue engavetado, mientras los contratos ya adjudicados se siguen incumpliendo, lo cual hará que la obra tenga unos gastos mayores por conceptos de indemnización, sumados los millonarios estudios complementarios que se han contratado recientemente.
En el Valle de San Nicolás hay establecidos nueve municipios del oriente antioqueño, todos ellos con un gran potencial económico por el desarrollo de actividades como el agro, la industria y el turismo. Allí hay hospitales de primera categoría, sitios turísticos, buena disponibilidad de recursos hídricos, infraestructura hotelera, biodiversidad, disponibilidad industrial, oferta educativa, aeropuerto internacional, zonas de comercio y esparcimiento, etc. Este dinamismo ha hecho que la población flotante en esta región haya crecido considerablemente en los últimos años, incluso excediendo todos los pronósticos. Esto ha provocado además un inusual crecimiento en la demanda de las vías actuales en el oriente antioqueño, y allí radica precisamente mi
Esta región no se encuentra preparada en materia de infraestructura vial para el inusitado desarrollo que allí se viene presentando. No se observa una planeación de región en la estructuración de la movilidad en todo el Valle de San Nicolás. Entre las vías actuales que comunican la región, solo se cuenta una de doble calzada (la Autopista Medellín-Bogotá) y el resto ya se están quedando obsoletas para la demanda actual de vehículos.
Y no hablemos solo de vías para vehículos. El Valle de San Nicolás tiene mucho que aprender del Valle de Aburrá y no permitir que el espacio disponible se aproveche sólo en la construcción de carreteras para vehículos sino también en la creación de un circuito de transporte público intermodal que conecte la región. Vías que no pasen por las cabeceras de los municipios, sino que hagan recorridos eficientes y efectivos. Vías a las que se les conserve el debido retiro para futuros desarrollos, etc.
Para esto debe existir una correcta planeación vial que provenga ojalá de un ente supramunicipal y que congregue los intereses que cada uno de los municipios que conforman el Valle de San Nicolás. Tenemos que dejar de pavimentar antiguos caminos de herradura, la visión debe ser macro y futurista, por demás debe tener sentido de urgencia.
La marcada dinamización de la urbanización de esta región y el cambio del uso del suelo no dan un compás de espera amplio. No se debe permitir que el desarrollo atropelle al Valle de San Nicolás por la ausencia de una planeación adecuada y oportuna en infraestructura vial.
Los rezagos en este sentido son cada vez más notorios. Por ahora no se observa ningún liderazgo en este aspecto en la región como tampoco desde la Gobernación de Antioquia. Mientras tanto el problema sigue creciendo…
Columnista de El Colombiano - Panelista Revista Posición