Por German Botero
Febrero 23 de 2013, una fecha más para recordar en la agenda de los orientales. Un evento donde confluyen actores y factores propicios para el desarrollo regional. Un evento que genera tantas expectativas como frustraciones. Al ritmo que se sueña, se despierta en el vacío de los anhelos.
Son muchos los eventos donde he tenido la oportunidad de asistir y observar la realidad de los mismos, donde desfilan grandes seres humanos, comprometidos con el desarrollo regional y se ven asediados por unos reptiles de gran tamaño, que buscan lucrarse económica o políticamente de los proyectos que surgen de tanto encuentro.
Desde hace muchos años, se afirma que la región del oriente antioqueño está sobre diagnosticada, que se ha invertido mucho en estudios y poco se ha materializado. Considero que la segunda afirmación es falsa, pues el progreso del Oriente es visible a toda investigación y creo que la primera frase es cierta, por que muchas entidades públicas de todos los niveles territoriales y muchas organizaciones privadas, no gubernamentales, han invertido en estudios para conocer la región y aportar soluciones prontas y practicas. Las mismas que no siempre llegan a feliz término o en su defecto, salen muy costosas, desbaratando la relación eficiente del costo y el beneficio.
En este encuentro se presentó una agenda seria y real, pertinente y oportuna, de pronto no completa por razones obvias: La infraestructura vial, el turismo, el desarrollo agropecuario, la seguridad regional y el tema ambiental, son los temas con los cuales trabajaron dirigentes orientales en mesas temáticas preparatorias. Los informes rendidos en la plenaria, no son buen augurio, se notó la preocupación por no verse la solución cercana a tanta necesidad.
Pasado el medio día llega el momento esperado, llega el presidente, Juan Manuel Santos, en ese momento, está en apogeo la sesión de "intercambios ideológicos políticos", cada partido político tiene representación, los actuales congresistas y los aspirantes a serlo, apostaron a la presencia en este encuentro, confirmando una vez más el aforismo que reza: "La política es de contacto", poco le importan al elector los ideales, priman los saludos y los abrazos.
El presidente en extensa intervención rinde cuentas de sus acciones frente a los temas de la agenda nacional y es contundente con su posición frente a las negociaciones con el grupo subversivo de las Farc y ratifica la importancia del concepto de región para garantizar el desarrollo del país. Le retribuye al municipio del Peñol, la condición de anfitrión, comprometiendo recursos nacionales para obras locales, dejando a los otros municipios un interrogante por no organizar el evento.
Termina este encuentro y las conclusiones se discutirán en escenarios reducidos, la fuerza política del oriente seguirá alimentando sus discursos de ilusiones, seguirán interrogantes sin resolverse como el creciente rumor de las concesiones a explotaciones mineras en la zona de embalses y en bosques; el desarrollo habitacional y no de servicios en varios municipios del altiplano y la crisis laboral y ambiental en la zona de paramos.
De mal gusto el aplauso propinado por algunos de los asistentes, a la madre del ciudadano secuestrado, hecho que el alcalde peñolita le contó al presidente para despertar en él, su solidaridad o intervención con la fuerza pública; no se supo si el aplauso fue solidario o fue farandulero.
Una pregunta para finalizar, ¿Dónde está la renovación en los liderazgos en la región? Sin cuestionar la capacidad de los actuales dirigentes gremiales de la región, increpo a los jóvenes a asumir el reto de emular esta clase dirigencial.