Grandes son los efectos que están generándose en la sociedad como consecuencia del uso desenfrenado y en ocasiones inútil de las redes sociales, pero igualmente se ha convertido en la más acertada herramienta de conexión global, de inmediatez de la información e incluso de utilidad mundial, logrando salvar vidas, evitar catástrofes, pero que también ha hecho bache de ahogo en las personas que dedican más tiempo en las plataformas de moda buscando interacciones con el mundo o simplemente garantizando más frustraciones a su proyección.
Un hecho notorio de la evolución es la adaptabilidad del hombre a las coyunturas sociales, cultures y ahora los llamados desarrollos tecnológicos; con ellos ha surgido nuevas formas de interacción, comenzando cientos de centurias en los nómadas humanos, sin lugar específico de establecimiento, hasta el actual hombre global que se ubica en la totalidad de la presencia cibernética gracias al desarrollo de la tecnología, donde lo físico es menor importante que la conexión virtual, pero que ha desarticulado lo colectivo por lo autónomo.
Noam Chomsky, lingüista de formación y una de las figuras clave de la izquierda estadounidense, pone en duda lo que internet y las redes sociales han construido en las sociedades contemporáneas. Chomsky explica que, de alguna manera, la red crea una sensación equivocada de pertenencia y autonomía, pues al construir relaciones basadas en interacciones digitales, sólo se construye una falsa idea de amistad, superficial y limitada.
Las familias, las escuelas y gran parte de la sociedad viven con preocupación el derroche no solo de la juventud sino también de niños manipulando equívocamente Facebook, Instagram, Twitter, Snapchat, Reddit o Tumblr, entre otras plataformas sociales que si la mente fuera más consiente y responsable se aprovecharía distinto y no muy por el contrario gran parte del mundo vivirá reprochando la pobreza, desempleo y las injusticias en que viven, solo favoreciendo a los grandes empresarios, quienes en silencio aprovechan la inversión del tiempo que regalan algunos encasillados mentales.
Pero hay casos concretos donde la tarea del cibernauta, se encuentra más encaminada, coherente a una sociedad dominada por la internet. Para Pierre Levy, filósofo de origen tunecino e investigador del ciberespacio, considera que la red y todas sus plataformas de comunicación e interacción representan una forma de incrementar la inteligencia y el conocimiento que tenemos sobre el mundo que nos rodea. La inteligencia colectiva, explica Levy en una de sus teorías, son la consecuencia, impulsada por la aparición de internet, un salto gigantesco en la forma de producir y compartir el conocimiento.
Cabe anotar que el cuento cada día será mejor o peor, todo dependiendo de la capacidad cerebral del usuario, del enfoque que éste quiera darle, del tiempo y los conceptos que estos quieran emitir. Porque es de suma importancia saber cual es el sujeto que los produce, cual será su beneficio o a quien esta favoreciendo, porque la internet (redes sociales) no solo existen, para subir fotos y dar “like”, o tener un mayor numero de seguidores, tampoco para que las personas se desahoguen en límite de 140 caracteres.
El hombre del siglo XXI, debe ser ilustrado, de ideas abiertas al mundo, de proyección, protector del tiempo y del espacio, útil y eficaz con la información, receptor y propulsor de nuevos contenidos que contribuyan, que cambien y enriquezcan a la humanidad, en la continuidad de casos éxitosos, fortaleciendo la información y reproduciendo nuevos descubrimientos.
Víctor H. Suárez Giraldo
Comunicación Social Universidad Eafit
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