Por: Jorge Mario Pineda Rivera
Gestión y Mercadeo Estratégico Universidad Católica de Oriente
Cada día son más numerosos los escritos en los cuales el protagonista central es el PAPA FRANCISCO. No pasa un día sin que diarios de todas las corrientes políticas, revistas especializadas, publicaciones de todo tipo, se ocupen de resaltar qué dijo el Pontífice Romano o las reacciones que sus declaraciones generan.
Cada vez son más las voces y las plumas que ponderan las actitudes sensatas y coherentes de FRANCISCO, que parecen estar cayendo como un balso de frescura sobre cientos de millones de católicos de todo el mundo, que ven a este hombre como un verdadero paradigma de humildad y de sintonía con las enseñanzas de Jesús de Nazareth.
Una coherencia absoluta entre la Palabra y la Obra. Predica y aplica y con su ejemplo, arrastra, mueve conciencias, alienta voluntades, genera nuevas esperanzas. Con un lenguaje elemental y simple, que cautiva por su claridad, El PAPA dice verdades que penetran la conciencia y nos invitan a reflexionar acerca del verdadero sentido de la vida y la imperiosa necesidad de sentir al prójimo como nuestro hermano en cualquier condición en la que éste se encuentre.
En su breve pontificado siempre, EL OTRO, principalmente el que sufre, el que vive en condiciones infrahumanas, el desposeído, el desarraigado, es objeto de sus mensajes; de su llamado angustioso pero optimista para que seamos fraternos y solidarios con aquellos hermanos nuestros que, independientemente de las circunstancias particulares de cada uno, sufren y sienten el terrible dolor de la soledad, de la impotencia, del abandono.
Cuánto valor el de FRANCISCO para decir, desde su alta dignidad, verdades absolutas que era necesario decirlas para que millones de personas volvieran a sentirse sintonizadas con su Pastor. Cuánto valor en su forma de actuar.
Adelante FRANCISCO, tu mensaje y tu ejemplo nos renuevan la esperanza y la ilusión de una iglesia cercana a sus fieles, acompañándolos en sus luchas diarias y celebrando sus triunfos y realizaciones como si fueran propios.