No necesita presentación el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El resultado de las elecciones ha sido polémico al igual que su campaña, al punto de que algunos grupos de personas han realizado protestas con la consigna “No Es Mi Presidente”. Pero más allá del inconformismo de la mitad del pueblo estadounidense, ya es el nuevo líder de la potencia norteamericana. La ONG Human Rights Watch, por medio de su director, el chileno José Manuel Vivanco, tacha a Trump de matón, racista y narcisista, observaciones que, sin quitarles la razón, están basadas en la campaña presidencial sucia, directa y xenófoba por parte del magnate.
Tanto la nación estadounidense como el resto del mundo observa con lupa cada paso de Trump. No olvidemos que su campaña estuvo llena de situaciones estratégicas encaminadas a tocar el corazón del patriota, argumentando mil situaciones absurdas como la creación del muro entre EEUU y México, la deportación de 11 millones de migrantes o la prohibición a los musulmanes de entrar al país. Sin lugar a duda, toda una campaña de marketing que convenció a los votantes que lo eligieron. Fue tan abrumadora su carrera que en el camino tuvo cruces de tuits con el líder espiritual más grande del mundo; cuando el papa Francisco dijo que los líderes que construían muros en vez de puentes no podían considerarse cristianos, Trump respondió que le parecía vergonzoso que un líder cuestionara la fe de otra persona.
Lo anterior dimensiona lo estratega que es Donald Trump al devolver los golpes de manera inteligente. Muchos han comparado a Venezuela con EEUU en cuanto a la manera en que eligen a sus candidatos, pero es una comparación emocional. Claramente se ha sentido el rencor porque Chávez y Maduro han maltratado la patria hermana. Donald Trump pretende abolir a los latinos y pareciera que de la faz de la tierra. Porque si observamos detenidamente, y lo demuestran los hechos actuales, no es lo mismo pretender ser el presidente de la primera potencia del mundo que ser el líder de un país donde su única fuente de ingresos es la extracción y refinamiento de petróleo, por ende, con un reloj de arena cada vez más cerca de acabarse. Trump entiende que para liderar el país más influyente del mundo debe decir lo que el pueblo quiere escuchar y que estando arriba maniobrará de la manera más inteligente para cumplir a medias lo que prometió sin afectar la economía de USA, porque como ya dijo Obama “si usted tiene éxito, el país tiene éxito”. En otras palabras, Trump no querrá que su fortuna merme, por el contrario, hará lo posible para enriquecerse aún más, aprovechando el gran cargo que ha ganado.
A pesar de que no cuenta con carrera política ni experiencia en cargos públicos, el nuevo presidente es un experto en relaciones corporativas, finanzas y marketing, que al final son cualidades importantes que necesita un líder. Algo importante que cabe resaltar es que Trump no va a llegar a cumplir todo lo que prometió pues el Congreso no se lo permitiría. Es más, desde ya se está retractando y ha dicho que no tiene pensado sacar a todos los inmigrantes ilegales del país, sino simplemente a los indocumentados que hayan cometido delitos, algo así como 2 millones de inmigrantes. Eso es una señal de que Donald Trump es estratega, mucho más que Maduro, y no pretende echarse medio mundo encima. Con sus insultos solo pretendió ganar las elecciones.
Colombia, como los demás socios comerciales de EEUU, sienten el estrés del resultado de las votaciones y hasta ahora lo único que hemos hecho son actos protocolarios sin comunicados que demuestren la angustia. No se puede olvidar algo; la nación más poderosa del mundo no querrá pelear con los países proveedores de millones de insumos para su manufactura, pues hasta el país más socialista del mundo tiene relaciones comerciales con los demás.
Entonces queda la pregunta: ¿será buen líder? Tratando de ser imparcial, sin dejar de sentirme ofendido como latino por sus declaraciones racistas, me atrevería a dar un parte de tranquilidad a los compatriotas que se encuentran en EEUU. El motivo es simple, Trump es un magnate y si algo sabe hacer es crear riqueza. Una mala jugada de Trump inevitablemente se verá reflejada en sus finanzas. Es triste tener que argumentar un posible buen desempeño apelando a sus finanzas personales, pero dado el resultado de las elecciones es necesario ver el vaso medio lleno frente a tanta incertidumbre.
_____
Las ideas y opiniones aquí expresadas son responsabilidad de sus autores y no reflejan los puntos de vista de mioriente.com