No fueron científicos sino campesinos de cinco veredas de los municipios de San Francisco y Sonsón los que guiados por investigadores del Instituto Humboldt elaboraron los Inventarios Participativos de Biodiversidad en la cuenca media del río Claro.
“Con este inventario se busca establecer un diálogo de saberes entre la comunidad científica y los campesinos que conservan esta zona a través del esquema BanCO2; queremos que las comunidades participen en la toma de datos y que los registros hagan parte de los sistemas de información de biodiversidad del país”, explicó David Echeverri, biólogo del Grupo Bosques y Biodiversidad de Cornare.
Gracias a las nueve cámaras trampa instaladas por los campesinos, han sido registradas especies como el tigrillo (Leopardus pardalis), el guatín o conejo (Dasyprocta punctata) y la comadreja (Eira barbara).
“En los talleres nos enseñaron a utilizar las cámaras para instalarlas y saber qué animalitos hay en el bosque y eso ha sido muy bueno, porque antes no los estimábamos, a veces los cazábamos, ahora los valoramos y los cuidamos”, dijo Remigio Antonio Marín, habitante de la vereda La Fe de San Francisco.
En la jornada, la primera de este tipo en la jurisdicción de la autoridad ambiental, participaron más de 32 personas entre campesinos de la zona e investigadores del Instituto Humboldt, Universidad de Antioquia, Universidad Católica de Oriente, Sociedad Ornitológica de Antioquia, la firma de consultoría en sostenibilidad Ecoral y Cornare.
Los datos recopilados servirán para generar propuestas de manejo sostenible y la toma de decisiones dentro de los predios BanCO2, teniendo en cuenta la biodiversidad presente en la zona, su condición actual y sus amenazas.