El ingeniero William Giraldo, junto a su familia, durante la condecoración como Gran Maestro de la ingeniería antioqueña. FOTO EPM.
El ingeniero William Giraldo Jiménez no tiene redes sociales, no lee periódicos ni ve noticias. Es su manera de blindarse para que nada externo lo perturbe. “Me importa un comino lo que se diga del proyecto afuera porque yo estoy aquí adentro y sé de primera mano lo que está pasando”.
El proyecto del que habla es Hidroituango, la central hidroléctrica que desde finales de este año le entrega al país 1.200 megavatios de energía con cuatro de las ocho turbinas de generación encendidas. Cuando opere al máximo será la central de generación más grande de Colombia.
Desde 2018, Giraldo lidera el equipo de Hidroituango que tenía —tiene— la misión de sacar adelante el proyecto luego de la contingencia de ese año. Y a fe que lo han logrado si nos remitimos a los datos: cuando lo recibió luego de la contingencia estaba al 72 % y ahora supera el 92 % de avances.
“El proyecto en 2018 estaba fuera de control y hubo que valorar y asumir riesgos. Por supuesto que es un proyecto diametralmente opuesto al de la contingencia, pero faltan retos grandes por lograr y con todo esto aprendí que los pequeños triunfos no se celebran porque detrás de una victoria vienen dos problemas juntos porque los problemas son cobardes”.
El capitán, pero no el único del equipo
El ingeniero encargado de Hidroituango no ve noticias, pero ocasionalmente las protagoniza. Una búsqueda rápida permite dimensionar su visibilidad luego de 35 años en la empresa: William Giraldo, el ingeniero que sorteó las noches más oscuras de Hidroituango, tituló El País de España; William Giraldo: El hombre detrás del encendido de las turbinas de Hidroituango, escribió El Tiempo. Para él es parte de su cotidianidad, un día más en la oficina. La rutina de lo extraordinario:
“Yo soy uno más en esto. Aquí en Hidroituango hay muchos ingenieros, expertos, trabajadores del común, desde albañiles hasta electricistas, que le han puesto el pecho. Sin esas miles de personas que hacen un trabajo callado esto no se salva porque uno solo no hace nada”.
El pasado 17 de agosto, en la conmemoración del Día del Ingeniero, Giraldo fue exaltado por la Sociedad Antioqueña de Ingenieros (SAI) con la condecoración "Gran Maestro de la ingeniería antioqueña", un reconocimiento que le da satisfacción, pero que tuvo poco tiempo de celebrar por los retos que aún tiene Hidroituango:
“En estos días en mi soledad pensaba eso: que la vida me tenía sin disfrutar los logros porque siempre esperaba qué más adversidades venían. No tengo temor a las cosas y a lo que venga, pero siempre hay que estar alerta porque este proyecto es muy complejo”.
Lo que sí disfruta en sus descansos cuando no está en Hidroituango es de su familia, de las actividades culturales en Medellín, de un sancocho suculento y de sacar tiempo para trotar, leer o escribir. Su liderazgo en el proyecto tiene mucho de evidencia científica y algo de mística: ya van más de cinco años y continúa como el capitán del barco.