Por: Carlos Andrés Zuluaga Marín
Dios le dijo esto a Antioquia: “Te haré arrugada y escabrosa, para que tus hijos luchen
contigo. Su vida no será en labranzas ni pastoreos apacibles: habrán de sacarte el pan de tus
propios entresijos. Mira: tu relieve es tal, que tus mismo geógrafos habrán de confundirse,
los hombres que vuelen por sus espacios podrán darse mediana cuenta de tu formación. Más
nunca podrán contemplarte tal cual eres en tu conjunto, ya te estudien de soslayo, ya de
plomo. Conforme lo dijo Dios, tuvo de ser. Aborígenes, conquistadores, colonos, esclavos,
hombres libres, todos, unos tras otros, han rompido y escarbado este suelo, en busca de ese
Dios adorado, desde su primera revelación, y que lo será, seguramente, hasta la
consumación de los tiempos”
Tomás Carrasquilla. Por Aguas y Pedrejones
Entre los días 30 y 31 de julio de 1811, y tras las angustiosas noticias sobre los triunfos comandados por el coronel Juan de Sámano en el Sur, germinó un movimiento patriótico, del que no estuvo ausente el entonces gobernador de Antioquia, don José de Restrepo, quien de inmediato suspende el régimen constitucional establecido y nombra Dictador por un período de tres meses al coronel de milicias Don Juan del Corral y Alonso, a fin de instaurar rápido orden en todo lo que fuera necesario, y levantar la moral en el pueblo para los tiempos de guerra que se avecinaban. Conforme lo demandaba el momento crítico que se vivía, eligió a este momposino quien sabía manifestar hasta entonces su ímpetu y valor, además del gran entusiasmo que despertaba en la gente.
Los ciudadanos que alentaban el movimiento patriótico de liberación, habían fundado en Santa Fe de Antioquia, un centro llamado “Seguridad Pública”. Fueron ellos quienes excitaron al pueblo, acudiendo al recinto de la Legislatura al enterarse de las malas noticias provenientes de Popayán. En ese instante tomó la palabra ante los legisladores don Juan del Corral, para ese momento procurador municipal, quien con vehemencia y determinación manifestó:
“Es preciso no perder esta hora que encierra para nosotros la salud o la ruina. O levantar la bandera independiente tan alto que no consigan abatirla nuestros tenaces enemigos, o arriarla para siempre. Perder los inmensos sacrificios hechos para defender la patria, o salvarnos del suplicio seguro que nos amenaza, haciendo una valla con nuestro corazón y nuestra conciencia a los que, como lobos enhambrecidos, corren presurosos contra nosotros. Tened, señores legisladores, el valor de afrontar la situación desesperada que nos amenaza, o prevenid vuestras manos y vuestros pies para las cadenas y vuestro cuello para el último suplicio. Buscad un hombre que sin temores ni miedos salve la república, y que si no lo consigue, sepa al menos morir para dejar su ejemplo. Pero es ahora cuando debéis obrar: oíd ese pueblo que pide a gritos una medida pronta, enérgica, eficaz. Mañana será tarde…”
No habían transcurrido escasos doce días de su gobierno, cuando siguiendo el ejemplo de la Villa de Mompox, de las Provincias de Cartagena y Cundinamarca, que Juan del Corral acuerda el 11 DE AGOSTO DE 1813, la declaración de Independencia Absoluta de Antioquia de la Monarquía Española y su gobierno.
Una de las primeras decisiones que tomó el Dictador Presidente fue la de señalar a los enemigos de la libertad, embargando sus bienes y desterrando a otros, declaró la Libertad de Vientres y Manumisión de Esclavos. Otorgó los títulos de ciudad tanto a Medellín como Marinilla, sitios que no pasaban de ser unas simples Villas. Luego, centró su atención en organizar un ejército y en fortificar los pasos de Bufú y la Cana, sitios claves para la defensa del sur de la Provincia, aprovechando la presencia en el territorio del Sabio Francisco José de Caldas.
Estableció de igual forma la Maestranza de Artillería Rionegro, donde se fabricaron las armas e implementos de guerra, y se formaron a los Ingenieros Militares, quienes luego saldrían a defender la naciente patria, logrando con los años contundentes triunfos a lo largo del continente.
Cabe aclarar que si bien ya nos habíamos independizado, establecido una República y un Estado federado, la verdadera consolidación de la Libertad de Antioquia solo iría a ser posible aquel 12 de febrero de 1820, en el Campo de Chorros Blancos, jurisdicción de Yarumal, cuando José María Córdova y Muñoz, evitaba una segunda reconquista a manos de las tropas del español Warleta.
Para ese entonces contaba con tan solo 19 años de edad el joven Gobernador de Antioquia.
Hoy, a 209 años de ese Acto de Independencia, cabe además recordar el trabajo infatigable y honesto de nuestros ancestros, quienes aprendieron a doblar la montaña, a fundar nuestros pueblos en valles y cordilleras, y sobre todo a amar a su familia como a su tierra.
Conociendo de dónde venimos, entenderemos cuál será la mejor manera de saber corregir nuestro rumbo y enderezar cada vez más el camino para nuestra amada Antioquia.
