‘Turismo para la Paz’, este es el nombre del proyecto “que busca potenciar el turismo como una oportunidad de restauración en el posconflicto”, así lo afirmó Rodolfo Vargas Correa, secretario de Producción y Competitividad de la Gobernación de Antioquia. Lo que antes fueron zonas de guerra y combate en Antioquia, ahora serán espacios turísticos que generarán desarrollo social y económico para quienes sufrieron el flagelo de la violencia.
La paz firmada con la guerrilla de Las FARC abrió las posibilidades de visibilizar el territorio antioqueño, que durante décadas estuvo plagado de minas antipersona y muerte. “Es pasar de zonas de guerra, de llanto, y de dolor, a zonas de aventura, de esperanza y de alegría”, manifestó Rodolfo Vargas. El proyecto, que fue inspirado en las rutas del Camino de Santiago, en España, busca trazar nuevos caminos sobre las cicatrices de la guerra.
Territorios como el Cañón de la Llorona, ubicado entre Dabeiba y Mutatá, será uno de los principales destinos que se intervendrá con esta finalidad. A pesar de que fue una de las zonas más golpeadas por la guerra con las FARC en Antioquia, y que por mucho tiempo ha sido considerada como un pasaje estratégico para el cruce de cocaína y tráfico de armas, "este cañón tiene un potencial ecológico enorme: está lleno de senderos, cascadas, zonas de esparcimiento y un territorio casi que virgen”, dijo el Secretario.
Para la ejecución del proyecto se crearán corporaciones en las que participarán profesionales y excombatientes, con el fin de que se conviertan en guías y operadores de servicios turísticos.
