A las siete de la noche de ayer, 10 de noviembre, fueron atacados con armas de fuego dos patrulleros de la Policía Nacional en Bahía Solano, Chocó. Uno de ellos, Duver Jaramillo, era oriundo de San Vicente Ferrer.
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Según el reporte de las autoridades, el hecho ocurrió en un restaurante que está ubicado a un lado de la estación de Policía del municipio. Los delincuentes llegaron al sitio en motocarros, dispararon y se dieron a la fuga.
Alba Gallo, madre de Duver, recibió la noticia por medio de la voz de la Policía. Un grupo de la institución se movilizó hacia la vereda Las Hojas, donde creció el uniformado de 25 años, para anunciarle lo que siempre temió:
Yo no estaba de acuerdo en que entrara a la Policía, no estaba de acuerdo en que se fuera para allá, pero desde muy niño él soñaba con eso
dijo la madre.
La conversación con Alba se escuchó entrecortada, pero se alcanzó a oír, entre lágrimas, que su hijo trabajó muy fuerte para ingresar a la Policía. Y, en sus cuentas, calculó que en marzo de este año hubiera ajustado los dos años de servicio.
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En ese ataque también falleció otro patrullero antioqueño: Johan Pareja Carrasquilla de 24 años. Él y Duver trabajaban en el modelo nacional de vigilancia por cuadrantes en ese municipio del Chocó.
Al parecer, los presuntos responsables serían integrantes del Clan del Golfo y el atentado se habría dado en represalia a los operativos que se adelantaron en esa zona contra esta estructura ilegal.
El general Jorge Luis Vargas, director de la Policía, anunció que la muerte de los dos jóvenes no quedará impune y resaltó que los responsables “están siendo buscados en medio de un fuerte despliegue en la zona”.
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