Entrevistas como esta nunca serán fáciles de hacer. Requieren, por un lado, una profunda actitud de respeto, y, por el otro, tacto, muchísimo tacto. De cualquier modo, ejercicios del periodismo así nos pondrán siempre contra las cuerdas; nunca estaremos seguros de la correcta formulación de una pregunta, nunca del rumbo al que nos lleve una respuesta.
El equipo de MiOriente consideró que si Diego Cadavid tuvo voz, la familia de Sofía, y especialmente su madre, también debía tenerla. Ella, Luisa Fernanda, con enorme amabilidad y presteza nos recibió en su casa para abrirnos su corazón. Y es que, en casos como este, es casi imposible evadir el lenguaje de los sentimientos. Solamente esperamos que esta entrevista sirva para que todos nos repensemos como sociedad.