“No hay otro camino diferente a la implosión”. Con esas palabras describió Andrés Julián Rendón, alcalde de Rionegro, las conclusiones a las que han llegado las autoridades y académicos de la Universidad Nacional con respecto a los numerosos errores conceptuales y de cálculo del polémico edificio Altos del Lago.
“Hemos hecho todo lo que nos ha correspondido, teniendo presente la argumentación de los constructores y los propietarios, pero lamentablemente la repotenciación del edificio es algo muy costoso que el constructor no está en capacidad de atender”, explicó el Alcalde.
Así las cosas, dos circunstancias inevitables vendrán por la coyuntura del caso: por un lado, los problemas jurídicos que tendrá que enfrentar la constructora Soluciones Integrales en Construcciones Civiles S.A.S. (SINCC), y, por el otro, la desgracia de las familias que invirtieron años de ahorro en su sueño de vivienda propia.
Todavía es prematuro conjeturar fechas precisas para la implosión del edificio puesto que aún queda una muy remota opción de salvarlo: que los mismos propietarios corran con los costos de la repotenciación, hecho poco probable porque el dicho proceso podría valer más que la construcción del edificio mismo.
Se calcula que la implosión de la estructura podría costar hasta 1.200 millones de pesos. “A las familias de condiciones socioeconómicas desfavorables que tomaban lugar allí, vamos a tratar de vincularlos en nuestros programas de vivienda”, concluyó el mandatario local.
