Con el fin de prevenir la propagación del Coronavirus, el pasado jueves 12 de marzo el Gobierno de Colombia tomó la medida de prohibir totalmente la llegada de cruceros al país entre ellos el del Monarch, un buque de la naviera española Pullmantur, que tiene Cartagena como base permanente de operaciones.
Precisamente, en este crucero se encuentra una pareja de esposos del municipio de Rionegro, que tenían previsto llegar este sábado a las 10 a.m. a la ciudad amurallada. Sin embargo, ante la advertencia de la cuarentena ordenada por las autoridades de Cartagena, la tripulación decidió permanecer en Panamá y plantear a los turistas la posibilidad de retornar a Colombia por vía aérea.
MiOriente habló con Luis Fernando Moreno, habitante de Rionegro, quien en el momento está en el crucero Monarch y aún no sabe qué pasará con él y su esposa. “Nosotros salimos el sábado 7 de marzo desde Cartagena, fuimos a Jamaica, disfrutamos de dos o tres sitios, y ayer llegamos a Colón de Panamá para volver hoy al puerto de Cartagena, pero el capitán nos dice que allá en Colombia no nos dejan entrar”, relató el ciudadano.
La situación es aún más preocupante, debido a que otros viajeros tomaron la decisión de comprar tiquetes aéreos y regresar hacia sus respectivos países, pero son más de 1.000 colombianos los que permanecen en Panamá a la espera de que el gobierno, las autoridades o la naviera les brinden una solución que les permita volver a Colombia.
“Nosotros tenemos alimentación y derecho a todo, aunque aún no nos han dicho nada, no sabemos si estamos en cuarentena, hay gente que ha decidido comprar tapabocas sencillos, pero la preocupación es grande, debido a que hay quienes tienen que trabajar el lunes, hay muchos niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, entonces ese es el problema, acá hay familias de varias partes del país”, agregó el ciudadano rionegrero.
Pese a que muchos turistas ya abandonaron el Monarch y se desplazaron a sus países vía aérea, Luis Fernando Moreno, su esposa y la mayoría de viajeros colombianos permanecen en Panamá, a la espera de una explicación de la naviera a la que le confiaron su dinero y el bienestar y seguridad de sus familias.