Una triste noticia empañó la tarde del lunes 17 de octubre en el municipio de La Unión. Uno de los vendedores ambulantes más reconocidos en la localidad fue asesinado en su propia casa. Fernando Antonio Martínez Berrío trabajaba de sol a sol: desde las 4:00 a. m. hasta las 7:00 p. m. el hombre dedicaba sus días a su negocio, la venta de papitas, platanitos y otros productos. Con estas delicias en su canasta recorría una a una las calles de La Unión.
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A las 5:00 p. m. apagaron la vida de Fernando Antonio. Con un arma blanca terminaron con los sueños e ilusiones de un hombre de 52 años que con empeño y sacrificio trabajaba por el proyecto en el que creyó. Fernando soñaba con ver crecer su microempresa, brindarle empleo a más personas y aumentar las ventas.
Él comenzó con la venta de mangos, pero poco a poco fue cambiando esa fruta por las papas, uno de los productos más tradicionales de La Unión. Empezó con un pequeño fogón en el cual las preparaba: vendía naturales y de limón de su marca “Papita Unitense”.
Fernando decía que “Hay que bregar a echar pa’ delante”; y no solo lo decía, sino que con sus acciones diarias trabajaba por y en lo que creía. En La Unión tienen de él los mejores recuerdos: “Humilde, trabajador y respetuoso”, así lo definen quienes lo conocieron.
