El joven cejeño, quien estudiaba Ingeniería de minas en la Universidad Nacional, cumple hoy un año de desaparecido y aún no se tienen rastros de él.
En los ojos de Gladis González, madre de Juan Fernando Gonzáles se nota el anhelo de un abrazo tan fuerte que nunca nadie podrá reemplazar, el de su único hijo de quien no se sabe cómo y por qué, desapareció el 10 de agosto del 2012 en la Loma del Escobero, en Envigado.
La madre del joven, afirma con la certeza de conocer a su hijo que él por su propia cuenta no se habría podido ir a algún lado y menos sin avisar, pues constantemente se encontraba en contacto con ella y reportaba sus movimientos.
Hay otra hipótesis que se tuvo en un comienzo y fue que por el hecho de estudiar Ingeniería de minas, pudo ser reclutado y llevado para trabajar en minas de manera ilegal, práctica realizada con frecuencia donde retienen a las personas por un tiempo determinado y luego los dejan libres. No se puede descartar esta opción pero tampoco asegurar que sea por ello.
La búsqueda del estudiante ha sido incansable desde el mismo momento que se supo perdido, por medio de volantes, redes sociales, medios de comunicación, cartas, visitas, oraciones, la señora Gonzáles ha intentado saber algo de su hijo, pero no ha tenido resultados.
Sin embargo, con la incertidumbre a cuestas, como quien llega a ciegas a un mundo desconocido, que nada sabe, nada entiende, nada conoce e incluso nada ve, cada vez la familia de Juan Fernando tiene que enfrentarse a empezar de nuevo una búsqueda infinita que termina en lo mismo, ninguna respuesta, ningún rastro.
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