La relación entre el Pato de Torrentes y el río Piedras, en zona rural de La Ceja y La Unión, es una historia de la que hay registros desde hace cerca de un siglo. Hoy en día, ese afluente es uno de los ecosistemas donde esta pequeña y asombrosa especie se puede encontrar. En Antioquia, su presencia está en casi todas las regiones del departamento, menos en Urabá y el bajo Cauca.
Pese a esa particularidad, no hay muchos estudios poblacionales del patito en la zona. El Pato de Torrentes, “Merganetta armata” o “Patito de Torrentes”, como los habitantes de la vereda Piedras le dicen de cariño, le gustan las aguas frías y nadar contra la corriente.
Don Octavio Patiño ha vivido sus 80 años en la vereda Piedras. Recuerda con alegría los tiempos de antaño en que iba a la escuela y nadaba en el río Piedras con sus amigos. Cuenta que con ellos iba a buscar el nido del patito, pero nunca lograron encontrarlo, ya que el pato es arisco con la gente y es difícil avistarlo.
Además, comenta, que la contaminación y las malas prácticas agrícolas han reducido su número, lo que subraya la urgencia de tomar medidas para proteger el río que es el hogar natural del patito.
Generar conocimiento
Pese a ser una especie emblemática y muy querida por la comunidad, no hay muchos estudios de la presencia del Pato de Torrentes en el río Piedras. Por eso EPM a través de la Universidad EAFIT en calidad de contratista y el colectivo Native, realiza en las veredas Colmenas, Llanadas, Piedras, San Rafael de la Ceja, y Las Colmenas, Guarango, La Cabaña, Las Teresas y San Francisco de la Unión, un estudio para establecer de manera preliminar el estado poblacional del Pato e identificar los factores ambientales que condicionan su hábitat.
El estudio es una iniciativa de la organización para fortalecer el conocimiento sobre las variables que favorecen la supervivencia de la especie y, de esta manera, contribuir en el diseño e implementación de estrategias de conservación.
Estefany Cano Rojas, bióloga de la gerencia ambiental y social de EPM, dice que pese a la importancia de esta especie la información sobre el patito es muy reducida: “Nos encontramos que la información poblacional sobre la especie es muy poca, por lo cual nos reta como empresa, por la responsabilidad ambiental que tenemos con el proyecto de acueducto Piedras de comenzar a hacer estudios para generar conocimiento, que nos sirva a nosotros, y a la comunidad, en pro de la conservación de la especie”.
Nicolas Echeverry, habitante de La Ceja, fotógrafo de naturaleza y guía de montaña, y un gran conocedor del Pato de Torrentes en el río Piedras, expresa que esta especie es muy importante para la comunidad porque es un bioindicador del estado de las aguas, pues, aunque el agua cuente con niveles de contaminación sigue siendo propicia para que el pato sobreviva.
“Los estudios que se tienen son más en Risaralda y en Quindío. Acá en esta zona de Antioquia no se ha estudiado nada del Pato, entonces esto es una gran oportunidad para conocerlo detalladamente”.
Un proyecto clave para el suministro de agua potable
El interés de EPM en el Pato de Torrentes obedece al Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto de acueducto Piedras, pues, la presencia de la especie en la zona ha llevado a priorizar estudios específicos sobre su ecosistema. Dicho estudio busca “tener una caracterización completa de toda la zona de interés del proyecto, una identificación de impactos y unas medidas de manejo para estos, precisamente para garantizar que el proyecto esté en armonía con el medio ambiente, con las comunidades y también con el desarrollo de la región”, explica Elizabeth Calle, profesional ambiental de la gerencia ambiental y social de proyectos e ingeniería de EPM.
EPM adelanta, desde septiembre del año pasado, un proceso de divulgación, información y participación con todas las comunidades de la zona de influencia del proyecto. Luz Adriana Valencia, profesional ambiental y social de la gerencia ambiental y social, comparte que EPM ha realizado alrededor de 25 reuniones de socialización del proyecto y ha contado con una participación concurrida de todas las comunidades con asistencias masivas y preguntas de parte de la comunidad.
El proyecto de acueducto Piedras consiste en la construcción de un embalse, diseñado para garantizar el abastecimiento de agua potable para el Valle de San Nicolás y el Valle de Aburrá. Es decir que buscará asegurar el suministro de agua en un futuro por el crecimiento poblacional del Oriente antioqueño y del Valle de Aburrá.
Juan David Montoya, profesional de la unidad de ingeniería de proyectos de EPM, enfatiza que el proyecto de acueducto Piedras está en etapa de factibilidad, con estudios en curso, y que la decisión de avanzar dependerá del resultado del Estudio de Impacto Ambiental, que será entregado a Cornare a principios de 2025. Mientras tanto, los biólogos y el equipo técnico siguen en busca del patito para entender sus características y trabajar para que siga nadando contra la corriente del río Piedras, por lo menos, por muchos siglos más.